Cada cierta temporada coinciden en cartelera un par de películas que comparten temática, así, en 2010/11 llegaron un par de largometrajes que trataban una invasión extraterrestre en los Estados Unidos. A principios de 2011 se estrenaba la mediocre Invasión a la Tierra, poco después de que a finales de 2010 llegara a las pantallas Skyline, que no le anda a la zaga en cuanto a mediocridad se refiere, aunque a su favor hay que decir que tiene un presupuesto siete veces más pequeño.

La trama es prácticamente la misma cambiando soldados por civiles: la invasión de unas naves extraterrestres en una ciudad de los Estados Unidos y la posterior lucha de un grupo de supervivientes por resistir la amenaza de los hostiles seres del espacio exterior.

Para poder hacerse una idea de la clase de película que es Skyline basta con mirar la filmografía de sus responsables, los llamados hermanos Strause, encargados de los efectos visuales de gran cantidad de superproducciones hollywoodienses, que después de incurrir en el mundo del videoclip debutaron en pantalla grande con un bodrio como Alien Vs Predator 2. De hecho, es solo su conocimiento de los efectos especiales donde los dos hermanos demuestran tener talento para el cine, pues es este apartado el mejor de Skyline (lo curioso es que ellos mismos eran los responsables de los FX de Invasión a la Tierra, que con un presupuesto mucho mayor quedaron peor resueltos).

Para las tareas de dirección, sin embargo, fracasan ya en la misma introducción, desde la escena posterior al logrado prólogo donde llegan los extraterrestres, donde nos trasladan mediante un innecesario flashback al día anterior para que conozcamos a sus protagonistas y las historias que los motivan (el embarazo de una chica, una infidelidad, discusiones de pareja), todo ello mucha paja con la que rellenar la escasa hora y media de metraje pues no afecta al devenir de la historia (algunos de estos personajes apenas duran un suspiro). Una vez nos vuelven a dejar en la escena inicial, la cosa mejora con alguna escena de suspense bien elaborada (los intentos de escape del edificio) pero todo ello se va al traste cuando hace acto de presencia el ejército, que es cuando Skyline pasa de ser una película a un videojuego/simulador de vuelo para Playstation 3 algo ridículo, a lo que no ayuda un desenlace vergonzoso (aunque esto cabe achacarlo también al esquemático guión). Todo ello con cámaras super rápidas, lentas, cámara en mano y cantidad de recursos que demuestran que los citados Strausse saben qué hacer con una cámara, aunque nunca al servicio de contar una historia.

En cuanto a los actores, un reparto integrado de chicos fibrados de buen ver y chicas que podrían ser portada del Penthouse, todos ellos con el talento interpretativo justito para poder intervenir en una telenovela venezolana.

Si no se hubiera estrenado en pantalla grande y salvo por sus efectos especiales podría pasar por una 'explotation' de The Asylum copiando La Guerra de los Mundos, reduciéndola a la mínima expresión.