Otra más a sumarse a la lista de 'I wanna be El Exorcista del siglo XXI' es El Rito (2011), nueva incursión en el subgénero de posesiones demoniacas y posterior tratamiento por parte de algún psiquiatra y/o exorcista de turno. The Possession: El Origen del Mal (2012), The Devil Inside (2012), Exorcismo en Connecticut y Georgia (2009 y 2013), son ya tantas que he perdido la cuenta de cuantas veces nos han contado la misma historia con diferentes rostros, para no darnos cuenta de que estamos viendo la misma película una y otra vez.

Dirige El Rito el sueco Mikael Håfström en su segunda incursión en el cine de terror tras la apreciable 1408 (2007). El reparto, uno de los aspectos que en principio debiera hacer pensar que es un producto más cuidado que de costumbre, lo forma Anthony Hopkins, Colin O'Donoghue, Alice Braga, Rutger Hauer, Ciaran Hinds, Toby Jones y Maria Gracia Cuccinota.

Michael Kovak (O'Donoghue) es un seminarista que ha perdido la fe en Dios, y que como castigo por la ausencia de creencia es enviado al Vaticano a hacer un curso de exorcismos, lugar donde conoce al padre Lucas (Hopkins), un exorcista que lo lleva de ruta para que vea de lo que es capaz el diablo. Esta experiencia, como es obvio si has visto un par de pelis de este tipo, hace que se replanteé su fidelidad a Dios y bla bla bla.

¿Por qué perder el tiempo en escribir y entrar en detalles de guión que se han visto en otra docena de películas? O directamente para los estudios de cine ¿Por qué hacer la misma película una y otra vez? Nada nuevo que ver, y nada que lo lleve más lejos que cualquier otra propuesta de serie B similar de los últimos tiempos. El Rito es un desapasionado viaje por cuatro casos paranormales puntuales, sin mucho foco, siempre en segundo plano. Esto de lo que realmente va es sobre su escéptico protagonista y las dudas sobre volver a creer o no. A buen seguro todos saben la respuesta antes de darle al play.

De la realización de Mikael Håfström -que tiene estos días en cartelera la más divertida Plan de Escape (2013)- poco a destacar, aburridote, un abuso de falsos sustos procedentes de los efectos de sonido, algún efectismo -los poseídos vomitando clavos-, un clímax que parece hecho con un manual de cómo rodar un exorcismo, y un brillante apunte -el encuentro entre el protagonista y un caballo en la nieve-.

Otros aspectos a destacar: negativamente el reparto, sobre todo el actor protagonista y correspondiente personaje, apático, capaz de sacarte él solo de la película, soso e inexpresivo; personaje cansino aún cuando lo que sucede delante de sus ojos resulta obvio. No mejora Alice Braga, eterna segundona de película (Elysium, Repo Men, Soy Leyenda, Predators) pero la verdad, ni los mejores actores de El Rito -Hopkins, Hinds, Hauer- merecen un solo aplauso por su labor en este film.