El personaje de El Llanero Solitario es una creación de Fran Striker (1903-1962) y George W. Trendle (1884-1972) -ambos también creadores de The Green Hornet-. La trayectoria del personaje empieza en la década de los años treinta, siendo la radio, la televisión y posteriormente el mundo del cómic las ventanas para las apariciones del personaje. Este 2013 ha llegado una superproducción para la gran pantalla bajo el amparo de Walt Disney Pictures, con gran realizador, conocido reparto y los mejores especialistas en apartados técnicos y artísticos. No ha servido para que la película sea el éxito que se esperaba, siendo uno de los fracasos del verano cinematográfico -recauda 260 millones de dólares con un coste de 215 (sin publicidad, que ha sido mucha)-. Adiós secuela.

Quinta colaboración del director Gore Verbinsky con Johnny Depp tras las primeras tres partes de Piratas del Caribe y el film de animación Rango. Al igual que la trilogía de Verbinsky con el Capitán Jack Sparrow, Jerry Bruckheimer participa en la producción y Hans Zimmer compone la banda sonora. El resto de reparto nada tiene que ver con Piratas: Armie Hammer, William Fitchner, Tom Wilkinson, Helena Bonham-Carter, Ruth Wilson, James Badge Dale y Barry Pepper.

El origen de cómo John Reid (Hammer) se convierte en el Llanero Solitario, y su alianza con el indio Toro (Depp) para vengarse de la muerte de su hermano (Badge Dale) a manos del bandido Butch Cavendish (Fitchner). Eso es lo que cuenta la película; también una trama de intereses ferroviarios que pone al hombre blanco en contra de los comanches, aunque a decir verdad parte de esa trama la perdí de vista, poco después de perder la paciencia con este infumable bodrio.

El reloj es un objeto importante en El Llanero Solitario, un elemento que usan o enseñan mucho los personajes, pero ni de lejos contabilizan las veces que lo llegué a mirar yo para ver cuánto quedaba para que se acabase. Dos horas y media dura este western en el que salvo en la introducción y desenlace no sucede nada trascendente en toda la parte central. Las dudas del personaje principal respecto a convertirse o no en el justiciero del título, y un exceso de payasismos varios con el mismo llanero y Depp. Demasiado larga, demasiado aburrida, demasiado estúpida. Algo que también definiría la saga de los Piratas, pero a la gente le gusta.

Con todo el dinero invertido todo no podía ser malo, la dirección artística -donde rodaron- es excelente, un personaje más en la película y mejor que la totalidad de secundarios que aparecen -la mujer, el niño o la Bonham Carter por ejemplo-. Las escenas de acción, las únicas donde la cámara requiere un poco de movimiento, también son de un gran nivel, ambas a bordo de un tren y con diversas piruetas que son el más difícil todavía. La primera, vista íntegramente en el trailer que se vio en España -la única baza para vender esta mala peli-, y la final que es similar.

Los errores de El Llanero Solitario hubieran sido de fácil solución. Contratar un mejor actor para llevar el peso de la película -Armie Hammer es un lamentable y poco convincente héroe-, y simplificar el guión, dejar de lado personajes secundarios y subtramas y contar lo principal en unos ajustados noventa o cien minutos. No habría sido una joya del séptimo arte, pero a buen seguro hubiera sido más divertida y menos insultante.

Otros aspectos a destacar: Johnny Depp se salva de la quema aunque sigue el tono excéntrico de sus últimos trabajos con Verbinsky y Tim Burton, y eficiencia por parte de algún secundario -Fitchner-.