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España España · Barcelona
Voto de David MS:
4
Comedia Tras el éxito mundial de Borat, Sacha Baron Cohen interpreta a un reportero gay, con cierta obsesión por la moda y por el culto al cuerpo. Esto le llevará a parodiar a los diseñadores de alta costura y modelos. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2012
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La primera vez que vi a Sacha Baron Cohen fue en el videoclip ‘Music’ de Madonna, encarnando a Ali G, personaje que repetiría en su propio show y que incluso tendría película propia, que en España contó con el doblaje de Gomaespuma. En el 2006 llegaría Borat, falso documental donde encarnaba al personaje (un periodista kazajo) que le ha dado la fama internacional que hoy tiene, debido a los más de 260 millones de dólares de recaudación mundial. El éxito del film mencionado le ha permitido ampliar registros en su carrera, llegando a trabajar con Tim Burton en Sweeney Todd o Martin Scorsese en la próxima Hugo Cabret, aunque antes de que en este 2011 llegué el film mencionado nos trasladamos al 2009, donde Cohen se puso en la piel de Brüno, otro de los personajes que interpretaba en su show televisivo.

En este caso Brüno se trata de un supermodelo gay que tiene su propio programa de TV. El film nos cuenta la caída del personaje después de ser expulsado de la semana de la moda de Milán, tras irrumpir en el desfile de Agatha Ruiz de la Prada y perder su programa. Posteriormente tratará de recuperar la fama perdida, intentando poner paz entre palestinos y judíos en Oriente Medio, adoptando a un niño (de raza negra) y renunciando a su homosexualidad entre otras cosas que no vienen a cuento.

Siguiendo el estilo de Borat, el de falso documental -aunque hay situaciones que son reales, el mismo desfile por ejemplo-, seguimos durante poco más de hora y cuarto las peripecias de Brüno alrededor del mundo, con mayor o menor gracia pero siempre con un humor políticamente incorrecto, sin duda lo mejor de un Brüno/ Baron Cohen todotereno capaz de protagonizar, escribir y producir.

Lo que me pasa personalmente tanto con Borat (que era superior) tanto como con este Brüno, es que me recuerda a los programas de Nochevieja que hacían Martes y 13, se trata de una serie de sketches continuados donde o te ríes (el encuentro con el tarotista, el piloto del programa de TV) o no (el alistamiento al ejército, el día de caza, el desenlace). La diferencia con los programas de Josema y Millán es que siempre tenemos al mismo personaje como protagonista de los gags, aunque sin un hilo conductor demasiado definido que hace que Brüno, la película, divague al tratar de provocar al mayor número de gente posible -lo que en principio parece una crítica sobre el mundo de la moda acaba convirtiéndose en una crítica a la sociedad anti-homosexual en USA-.

Una película que no lleva a ninguna parte. Por lo menos con los programas de Nochevieja de Martes y 13 todos sabíamos que acabábamos comiéndonos las uvas.
David MS
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