Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sevilla
Voto de Seldon:
4
Ciencia ficción. Intriga. Acción. Drama El Dr. Will Caster (Johnny Depp), prestigioso investigador en el campo de la Inteligencia Artificial, trabaja en la creación de una máquina sensitiva que combine la inteligencia colectiva con las emociones humanas. Sus controvertidos experimentos le han hecho famoso, pero también lo han convertido en el principal objetivo de extremistas anti-tecnológicos. Su mujer Evelyn (Rebecca Hall) y Max, su mejor amigo (Paul Bettany) son sus ... [+]
8 de julio de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un consejo: nunca vayas a ver una película que se publicite con frases del estilo de: “una película de los creadores de...”, “una película del productor de...”, “del guionista de...” o “del hermano del productor de...” (aunque bueno, una de las parodias de la serie “Agárralo como puedas” protagonizadas por Leslie Nielsen -no recuerdo cual- se publicitaba como “una película del hermano del productor de Ghost”, y era verdad. O por lo menos ve a verla con cierto reparo.

Trascendence era uno de estos casos. Se vendía como “una película del director de fotografía de Origen”. Y bueno, digamos que quedan claras dos cosas: ser un buen director de fotografía no te garantiza que seas un buen director; y aunque así fuera, si no tienes un guión sólido como los de Christopher Nolan, tampoco te vale de nada.

Pero como yo siento cierta debilidad por este tipo de películas y por este género, al final fui a verla, y realmente por mucho presupuesto que se gasten (que se lo han gastado) y por mucha estrella de relumbrón que haya en el reparto (que las hay, está hasta Morgan Freeman), Trascendence se queda como un intento de imitación (malo) de Origen.

Vayamos por partes. La verdad es que la idea de partida es buena, puede que no del todo novedosa, pero buena: En el futuro, no hay internet, no hay móviles, no hay casi electricidad,... todo el mundo que conocemos basado en las tecnologías de las comunicaciones y redes se ha derrumbado, e inmediatamente retrocedemos unos pocos años hasta el presente. Y nos encontramos con un científico (Johnny Depp) y su mujer que trabajan en el desarrollo de una inteligencia artificial utilizando supercomputadores cuánticos y bla, bla, bla. La verdad es que son bastante pacifistas, ecologistas y contestatarios: quieren mejorar el mundo, nunca han querido ser financiados por, ni mezclarse con el gobierno, el ejército ni nada de eso.

La idea del científico es dotar a las máquinas de trascendencia, es decir de darles la capacidad real de pensar por si mismas, de ser autónomas, de ser autoconscientes.
Pero de repente sufren un ataque que forma parte de una cadena de atentados perpetrados por un grupo de ciberterroristas, unos pirados que se dedican a atacar (y matar) a científicos de diversos laboratorios que están trabajando en el tema de la inteligencia artificial porque creen que esa dependencia de la tecnología y ese desarrollo llevarán al mundo a la catástrofe.

Y precisamente este ataque es lo que precipita el avance y el éxito de Depp, pues fuerza a los protagonistas a dar un paso más en busca de la trascendencia del supercomputador que están construyendo, y cuya ansia de conocimiento y de poder empieza a crecer exponencialmente.

Hasta aquí la historia no está del todo mal. Se ha contado otras veces, de otras formas, (¿quién no recuerda al HAL de 2001 o a las máquinas de Terminator tomando el control de la situación y aterrorizando a los pobre humanos?), pero digamos que la película se sostiene bastante bien.

Hasta entonces. Luego ya las cosas se le empiezan a ir de las manos al tal Wally Pfister, el director de fotografía de Nolan. La lucha contra la todopoderosa inteligencia artificial llega a alcanzar niveles de ridículo, no porque se acabe convirtiendo en una película de acción con explosiones y demás (ojalá fuera esto tan entretenido como Terminator), sino por las capacidades y el poder que le dan a la máquina. Vamos a ver señores, no basta con meter en el guión palabras como nanotecnología, joder, haced un poco verosimil el tema del uso de las nanomáquinas, que se puede. En la buena ciencia ficción te explicarían lo que pueden hacer las nanomáquinas y a que coste (mucha energía y disponibilidad de materias primas, porque no se puede crear algo de la nada). Pero aquí la cosa se solventa con una especie de niebla o polvillo que se levanta del suelo y de forma casi instantánea re-crea objetos de la nada. Para eso contadme que estamos en una simulación de realidad virtual, en un mundo re-creado a lo Matrix y yo me lo creo y me quedo tan contento.

En fin, una película fallida, que yo califico sólo de floja o de regular porque soy benevolente y tengo debilidad por este tipo de historias, pero que comprendo perfectamente que otros que no compartan mi afición la califiquen de mala de remate.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/07/trascendence-los-peligros-de-la.html
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow