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Voto de Seldon:
6
2010
Julian Fellowes (Creador), Brian Percival ...
7,8
19.008
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2010-2015). 6 temporadas. 52 episodios. Ambientada en 1912, en una mansión de la campiña inglesa y abarcando un periodo que cubre desde la Primera Guerra Mundial hasta el comienzo de los años 20, Downton Abbey narra la historia de una complicada comunidad. La casa ha sido durante generaciones el hogar de la aristocrática familia Crawley, pero también donde sus sirvientes viven, hacen sus planes y sueñan. Algunos son fieles ... [+]
31 de enero de 2013
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Downton Abbey es una de esas series británicas impecablemente ambientada, rodada e interpretada como probablemente solo los ingleses sean capaces de hacer. Una serie de época que recuerda a novelas del siglo XIX como las de Jane Austen, o las hermanas Brontë, o a sus adaptaciones al cine.
A lo largo de las tres temporadas emitidas hasta ahora, la serie cuenta varias historias en paralelo, pero todas ellas centradas alrededor de los Crawley, una familia de la aristocracia rural inglesa, y sus sirvientes, es decir tanto historias de los señores como historias de los criados, pero en un mundo que está empezando a cambiar, pues ya no se trata de una serie de época victoriana del siglo XIX, sino que está ambientada a principios del XX. La sociedad está empezando a cambiar, aunque los personajes más retrógrados y conservadores no lo vean o se nieguen a aceptarlo, y eso se refleja en la serie en pequeños detalles (la llegada del teléfono a la casa señorial, o de los primeros automóviles) o en temas de mayor enjundia (como el nacimiento de una incipiente clase media, los movimientos sindicales o sufragistas, etc.)
Tenemos diferentes subtramas, como la relación entre Mary, la primogénita de la familia y Matthew, el futuro heredero, los enfrentamientos y zancadillas entre la altanera Mary y su hermana Edith, la segundona un poco envidiosa, el antagonismo entre Violet, la rancia abuela de la familia e Isabel, la madre de Matthew, de clase media y mucho más “moderna”, o las historias particulares y un poco ajenas a todo esto de la hija pequeña Sybil, más interesada las cosas mundanales y en los cambios sociales que están ocurriendo en la vida real que en su apolillado entorno.
Pero esto es en la parte “de arriba”, de los señores. En la parte “de abajo”, entre el ejercito de sirvientes (mayordomo, ama de llaves, cocinera y ayudante, chofer, ayuda de cámara, y un surtido de doncellas, lacayos, y demás) también existen sus propias historias y rivalidades.
Probablemente la historia más interesante de esta parte sea la de Bates, el nuevo valet o ayuda de cámara del conde, que este contrata por haber servido con él en el mismo regimiento del ejército, pese a estar lisiado, pues cojea debido a una herida de guerra. Esto no le granjea precisamente las simpatías de Carson, el mayordomo y verdadero rey entre los sirvientes, que piensa que no va a ser capaz de desempeñar su trabajo, ni tampoco de la mayoría del resto de la servidumbre, que envidia la confianza que el conde deposita en él y su reputación de recto e intachable.
Y así tenemos subtramas basadas sobre todo en los enfrentamientos de Bates con la señora O’Brien, la doncella de la señora, o con el ambicioso Thomas, uno de los lacayos y protegido de O’Brien, o la atracción mutua que sienten Bates y Anna, otra de las doncellas.
Probablemente la referencia y el precedente más obvio de esta serie sea otra serie británica de época: Arriba y abajo, hecha a principios de los años 70, pero con muchos menos medios y presupuesto que esta. Pero la verdad es que debido a cuando se emitió esta serie yo no la vi, y no guardo ningún recuerdo de ella para poderla comparar. También recuerda a películas como Lo que queda del día, en especial en lo que se refiere a los paralelismos entre Carson, el estirado mayordomo y el personaje al que interpretaba Anthony Hopkins, y a su contrapunto, la señora Huges, el ama de llaves, mucho más flexible y asequible (un poco parecido al personaje que en la película interpretaba Emma Thompson).
Pero por debajo de esta pátina elegante de serie de época, en el fondo, no nos engañemos, esta serie tiene una estructura muy parecida a la de una telenovela, con sus amoríos, enfrentamientos y odios entre los personajes. Lo que ocurre es que no está ambientada en una hacienda en Venezuela, ni en un viñedo de California, o en una familia Tejana metida en negocios del petróleo, sino en la campiña inglesa, y centrada en la pequeña aristocracia rural inglesa de principios de siglo. Así que la serie permite que público de muy diverso tipo se enganche y disfrute un culebrón, sin sentirse culpable por ello. Entre otras cosas porque además la calidad con la que está hecha supera con mucho a la calidad de las telenovelas, incluso a las norteamericanas.
Bueno, vale,... quizás la comparación con una telenovela sea excesiva, pero desde luego si que estamos ante un melodrama de manual, un género con cierto pedigrí, pero que no es precisamente el más valorado ni el más habitual en las series actuales de calidad.
<sigo en spoiler sin desvelar nada>
A lo largo de las tres temporadas emitidas hasta ahora, la serie cuenta varias historias en paralelo, pero todas ellas centradas alrededor de los Crawley, una familia de la aristocracia rural inglesa, y sus sirvientes, es decir tanto historias de los señores como historias de los criados, pero en un mundo que está empezando a cambiar, pues ya no se trata de una serie de época victoriana del siglo XIX, sino que está ambientada a principios del XX. La sociedad está empezando a cambiar, aunque los personajes más retrógrados y conservadores no lo vean o se nieguen a aceptarlo, y eso se refleja en la serie en pequeños detalles (la llegada del teléfono a la casa señorial, o de los primeros automóviles) o en temas de mayor enjundia (como el nacimiento de una incipiente clase media, los movimientos sindicales o sufragistas, etc.)
Tenemos diferentes subtramas, como la relación entre Mary, la primogénita de la familia y Matthew, el futuro heredero, los enfrentamientos y zancadillas entre la altanera Mary y su hermana Edith, la segundona un poco envidiosa, el antagonismo entre Violet, la rancia abuela de la familia e Isabel, la madre de Matthew, de clase media y mucho más “moderna”, o las historias particulares y un poco ajenas a todo esto de la hija pequeña Sybil, más interesada las cosas mundanales y en los cambios sociales que están ocurriendo en la vida real que en su apolillado entorno.
Pero esto es en la parte “de arriba”, de los señores. En la parte “de abajo”, entre el ejercito de sirvientes (mayordomo, ama de llaves, cocinera y ayudante, chofer, ayuda de cámara, y un surtido de doncellas, lacayos, y demás) también existen sus propias historias y rivalidades.
Probablemente la historia más interesante de esta parte sea la de Bates, el nuevo valet o ayuda de cámara del conde, que este contrata por haber servido con él en el mismo regimiento del ejército, pese a estar lisiado, pues cojea debido a una herida de guerra. Esto no le granjea precisamente las simpatías de Carson, el mayordomo y verdadero rey entre los sirvientes, que piensa que no va a ser capaz de desempeñar su trabajo, ni tampoco de la mayoría del resto de la servidumbre, que envidia la confianza que el conde deposita en él y su reputación de recto e intachable.
Y así tenemos subtramas basadas sobre todo en los enfrentamientos de Bates con la señora O’Brien, la doncella de la señora, o con el ambicioso Thomas, uno de los lacayos y protegido de O’Brien, o la atracción mutua que sienten Bates y Anna, otra de las doncellas.
Probablemente la referencia y el precedente más obvio de esta serie sea otra serie británica de época: Arriba y abajo, hecha a principios de los años 70, pero con muchos menos medios y presupuesto que esta. Pero la verdad es que debido a cuando se emitió esta serie yo no la vi, y no guardo ningún recuerdo de ella para poderla comparar. También recuerda a películas como Lo que queda del día, en especial en lo que se refiere a los paralelismos entre Carson, el estirado mayordomo y el personaje al que interpretaba Anthony Hopkins, y a su contrapunto, la señora Huges, el ama de llaves, mucho más flexible y asequible (un poco parecido al personaje que en la película interpretaba Emma Thompson).
Pero por debajo de esta pátina elegante de serie de época, en el fondo, no nos engañemos, esta serie tiene una estructura muy parecida a la de una telenovela, con sus amoríos, enfrentamientos y odios entre los personajes. Lo que ocurre es que no está ambientada en una hacienda en Venezuela, ni en un viñedo de California, o en una familia Tejana metida en negocios del petróleo, sino en la campiña inglesa, y centrada en la pequeña aristocracia rural inglesa de principios de siglo. Así que la serie permite que público de muy diverso tipo se enganche y disfrute un culebrón, sin sentirse culpable por ello. Entre otras cosas porque además la calidad con la que está hecha supera con mucho a la calidad de las telenovelas, incluso a las norteamericanas.
Bueno, vale,... quizás la comparación con una telenovela sea excesiva, pero desde luego si que estamos ante un melodrama de manual, un género con cierto pedigrí, pero que no es precisamente el más valorado ni el más habitual en las series actuales de calidad.
<sigo en spoiler sin desvelar nada>
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En general es una buena serie, incluso notable en muchos aspectos. Pero también tiene algunas sombras, no todo son cosas buenas. Por ejemplo, la ambientación, impecable en los exteriores, los decorados, el vestuario, pero probablemente poco verosímil en lo que respecta a la relación entre los amos y los criados, y a ciertas libertades y familiaridades que ambas partes se permiten, y que sospecho que distan bastante de lo que ocurría en realidad. O también cierto maniqueísmo. En general los personajes buenos son muy buenos, y los malos son muy malos. Por ejemplo, el conde es noble, ecuánime, razonable, y normalmente si se muestra injusto es por desconocimiento. Bates o la señora Hughes son modelos intachables de virtud y rectitud. Y en cuanto a los malos, O’Brien y su protegido Thomas son ruines, envidiosos e incapaces de cualquier buena acción, siempre maquinado y conspirando.
Así, a pesar de todo lo dicho, la primera temporada es muy buena, pero por ejemplo la segunda temporada baja bastante para mi gusto: las subtramas se fragmentan, aparecen historias y personajes que no llevan a ninguna parte o que simplemente se resuelven deprisa y corriendo en un par de episodios, sin que luego nunca más se sepa, etc. Afortunadamente la tercera temporada vuelve a centrarse en la historia o historias principales y para mi gusto recupera el pulso y la calidad originales. Además a lo largo de esta última temporada (aunque no exclusivamente en ella) ese maniqueísmo que antes mencionaba se va difuminando, los personajes ya no son tan planos e incluso los más malos como por ejemplo Thomas, empiezan a tener debilidades y motivaciones más altruistas. Incluso de Violet, la abuela, empezamos a conocer sus razones y sus motivos para su rancio comportamiento.
En cualquier caso, es una serie que merece la pena ver, y que espero que en la cuarta temporada mantenga la línea ascendente y de recuperación de la temporada anterior.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2013/01/downton-abbey-telenovela-elegante.html
Así, a pesar de todo lo dicho, la primera temporada es muy buena, pero por ejemplo la segunda temporada baja bastante para mi gusto: las subtramas se fragmentan, aparecen historias y personajes que no llevan a ninguna parte o que simplemente se resuelven deprisa y corriendo en un par de episodios, sin que luego nunca más se sepa, etc. Afortunadamente la tercera temporada vuelve a centrarse en la historia o historias principales y para mi gusto recupera el pulso y la calidad originales. Además a lo largo de esta última temporada (aunque no exclusivamente en ella) ese maniqueísmo que antes mencionaba se va difuminando, los personajes ya no son tan planos e incluso los más malos como por ejemplo Thomas, empiezan a tener debilidades y motivaciones más altruistas. Incluso de Violet, la abuela, empezamos a conocer sus razones y sus motivos para su rancio comportamiento.
En cualquier caso, es una serie que merece la pena ver, y que espero que en la cuarta temporada mantenga la línea ascendente y de recuperación de la temporada anterior.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2013/01/downton-abbey-telenovela-elegante.html