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España España · Alicante
Voto de McMartigan:
10
Drama El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher ... [+]
27 de enero de 2015
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué diablos es "Whiplash"? ¿Qué significado tiene ese raro nombre? Si me hubiéseis preguntado hace un par de semanas, os habría dicho que me suena a marca comercial de algo; tal vez algún detergente. "Whiplash", "Whiplash"... Entre "Fairy" y "Calgonit", leja arriba, leja abajo.

Hace poco supe que era el título de una película. ¿De qué va "Whiplash"? Simple, sencillo: un joven de 19 años ansía convertirse en el mejor batería del mundo. La historia de superación personal de un músico, vale. Ya he visto otras, como "En la cuerda floja" o "Ray". Pero espera, el prota no es famoso. No sólo el actor, sino que su personaje es inventado. Ufff, no es un "biopic" de alguien conocido... bueno, va. Pero... es un batería. No compone, no canta, sólo aporrea platillos con una baqueta -con dos, técnicamente-. Interesante (suspiro, bostezo). Bueno, tiene buen cartel en Estados Unidos. Y en Cannes. Y en Sundance. Mmm démosle un voto de confianza.

El año pasado vi "Her", una película de la que apenas sabía nada, y la vi como una especie de aventura, de salto al vacío del celuloide. Igualmente sabía que tenía buena prensa, pero nada más. Y el resultado fue para mí una de las mejores películas del año, y que a día de hoy sigue fresca, intacta y con su mensaje claro y potente en mi interior. "Whiplash" es mi "Her" de este año -sí, sé que es pronto-, mi adorada desconocida a la que le pregunto su nombre y se queda conmigo para siempre.

JK Simmons se va a llevar el Óscar al mejor actor de reparto. No sólo porque se haya llevado el Globo de Oro, el Premio del Sindicato de Actores de Estados Unidos, el de la Crítica Cinematográfica USA, el de la Crítica Afro-Americana -¡¡¡y es blanco!!!-, el de las asociaciones de críticos de Austin, Ohio, Chicago, Dallas, Detroit, Florida, Georgia, Houston, Indiana, Iowa, Las Vegas, Los Ángeles, Nueva York, Texas, Phoenix, Saint Louis, Toronto, Utah, Vancouver y Washington, además del premio de los festivales de Santa Bárbara y de Palm Springs; se lo va a llevar porque directamente se lo merece. Su papel de Terence Fletcher, ese duro e inflexible director de banda de conservatorio, es tan soberbio que no soy digno ni de hablar bien de él. Salvando las distancias, es muy parecido a los sargentos instructores de todas las películas de militares; pero aquí las armas son instrumentos musicales, y los reclutas son aspirantes a músicos. Es odioso, vomitivo, te va a llevar al límite, como aprendiz y como espectador. Es asombrosamente detestable, y es tan bueno como detestable.

Es casi una pena que JK Simmons lo haga tan bien, porque se podría decir que se come al protagonista, interpretado por Miles Teller. Yo estaba deseando que saliera el sargento de hierro en cada escena, pero siendo justo, Teller lo borda. Lo borda tanto, tanto, tanto, que voy a dar dos detalles: no usaron dobles con él, ya que Teller toca la batería desde que era un criajo, y es él quien se encarga de tocar a cada momento; y la sangre que salpica en muchas ocasiones los platillos y que se desliza de las baquetas es REAL, del propio actor. No sólo el profesor Fletcher en la ficción lo llevó al límite, sino el propio director Damien Chazelle lo "torturó" obligándole a seguir tocando la batería entre toma y toma mientras los demás actores descansaban. Por eso la batería de Andrew Neiman suena tan bien: porque el actor que lo interpreta se dejó, literalmente, las manos en cada escena. Y se nota en el resultado final.

Ahora ya sé que es "Whiplash". Una obra maestra, sin más. Vehículo de lucimiento para dos "musictores": un joven cabezón, un viejo inflexible. Un tira y afloja entre maestro y alumno, un duelo de odios y egos donde el respeto se busca sin encontrarse, donde los errores se pagan caro, donde la música es tal vez sólo una excusa para la gloria y el reconocimiento personal.

No quiero decir más. Sólo un consejo: cuando llegue la escena final, mandad al quinto pino todo lo demás, centrad vuestra atención en la pantalla en un 101%, respirad SÓLO si es necesario. Y disfrutad con uno de los mejores clímax finales jamás rodados. Quedé impactado y emocionado con ese final, conteniendo sin poder lograrlo unas lágrimas que se me escapaban, no de pena, sino de tensión, de estrés, de placer, todo mezclado y agitado en mi interior. Dios, ¡qué rematadamente buena es esta película!
McMartigan
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