Sin lugar a dudas, la PELÍCULA del año 2011 y parte del 2012, triunfando en los Óscars, llevándose los mayores galardones.
The Artist nos devuelve al cine de antes, el que nuestros abuelos y bisabuelos vivieron, en el que no hacía falta un diálogo, porque siempre una imagen vale más que mil palabras y con una banda sonora que te transmitía unas sensaciones y emociones como si lo estuvieras viviendo......vamos, lo que hoy en día no es.
Teniendo el trazo más o menos descrito, hay que tener en cuenta que el trabajo de los actores es aquí complicado y que lo realizan magníficamente, hacerlo todo que parezca un reparto de antiguas estrellas de cine, y así es.
Obviamente el trabajo de Jean Dujardin y de Bérénice Bajo es exquisito, haciéndolo fácil. En el cine mudo es muy importante el expresar con la cara, y ellos lo hacen de diez. Dujardin ganó el Óscar al mejor actor, destacando sobre Brad Pitt, George Clooney o Gary Oldman. Un actor con experiencia en el cine francés, y que a partir de esta película su carrera se ha relanzado. Y lo mismo le ocurre a Bérénice Bejo, actriz discreta, cuyos trabajos se limitan al cine francés y que explota en esta película. Hasta John Goodman parece increíble en esta película.
Una oda a la exquisitez y a la elegancia del cine clásico, al gran cine de Hollywood de los años 20, ejecutada de manera perfecta, como si una película de aquella época fuese.
Siempre es arriesgado hablar de cine en una película, y queda como algo extraño el ver el cine destripado en una película, es pillarse los dedos, pero bueno, no creo que del cine de los años 20 nadie se queje.
No sólo se analiza aquí el cine clásico, vivimos la caída de un coloso, como nuestro personaje George Valentin, el rey del cine mudo, con la llegada del cine sonoro, y como el sonido se convierte en su enemigo. En esa transición, aparece Peppy Miller, descubierta por el mismo Valentin, y que se convierte en su rival encubierto, pero ella nunca lo verá como tal, como un rival, simplemente lo ignorará, es algo antiguo, ella es el producto nuevo, se tiene que vender.
Todo ello bien envuelto con una gran banda sonora, esa música típica de las películas de entonces, ese sonido de trompetas y demás instrumento de viento, una delicia, un trago a la mejor bebida, un bocado a la mejor comida.
Pero, si estamos acostumbrados a un cine con más dinamismo y con un argumento más complejo (que por imposición, lo estamos), probablemente dejemos de lado esta gran obra. La falta de ritmo en algunas ocasiones cansa y hace que dejemos de prestar atención a la película. Que sea cine actual que nos muestra el cine clásico, no quiere decir que sea una delicia en sí misma, una cinta perfecta, tiene sus contras, y la falta de ritmo le achaca bastante, los huecos vacíos que solo los llena el silencio, no hay nada más.

Puntuación: 9/10

Una recreación del cine de antes, pero con fallos de ahora. Grandes actuaciones, gran banda sonora, gran ejecución, pero mucho hueco sin tapar.