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España España · Tramacastiel
Voto de Luis:
10
Comedia Una artista sin trabajo consigue un empleo en una importante compañía de negocios, pero pronto descubre que la corrupción afecta a los principales ejecutivos de la empresa. (FILMAFFINITY)
14 de agosto de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de esas comedias que casi parecen de la Disney, por su humor amable y el triunfo del bien. Sin embargo resulta una brillante sátira sobre los gestores económicos de la sociedad que se aprovechan del dinero ajeno para enriquecerse. Los personajes más abyectos que hoy nos podemos encontrar en un banco o en una multinacional están aquí magistralmente interpretados por actores simpáticos, como John Williams (El presidente) o Fred Clark (el cajero). Mucho más difícil es tropezarse con gerentes honestos (Paul Douglas) o accionistas inocentes (Judy Holliday).
La perfección de la película, aparte del estilo del director, consiste en el inteligente guión, que hace verosímil una historia imposible. Pues en ella la inocencia se enfrenta con genial astucia a los manejos sucios de una junta de accionistas que actua exactamente igual que vemos comportarse hoy en día a los que dirigen nuestra sociedad.
El estrafalario personaje encarnado por Judy Holliday acaba resultando encantador. Cuando se escandaliza por los sueldos que cobran los granujas parece una idiota que no vive en este mundo, pero tiene toda la razón. Mientras que los que se callan ante tales abusos son en realidad los estúpidos.
Ocurre hoy como ayer que se tiene miedo a ir contra corriente; que hay que estar un poco loco para rebelarse contra las injusticias que se disfrazan de normalidad. Y agradezco que este excelente film de Richard Quine nos lo recuerde.
Luis
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