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España España · Tramacastiel
Voto de Luis:
10
Cine negro. Intriga. Thriller Abel Davos, un conocido criminal italiano, huye a Francia con su familia eludiendo así una orden de arresto y la condena a muerte. Le acompaña su fiel amigo Raymond Naldi, otro conocido criminal perseguido por la justicia. En la frontera se produce un dramático tiroteo... (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2019
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A todo riesgo" pertenece al mundo de José Giovanni, un delincuente regenerado gracias a la novela negra y el cine. En los guiones basados en obras de Giovanni o escritos por él mismo figuran siempre delincuentes y asesinos que por crueles que resulten conservan la moral del amigo. A un guardia se le puede matar, pero el amigo es sagrado, hay que cumplir con él e incluso ayudarle en la desgracia.
Esta es una típica historia de ese estilo, semejante a "La evasión", "Hasta el último aliento" e incluso "Los rufianes". En ella el criminal tiene familia y confía en sus amigos. Acorralado por la policía, tras perder a su esposa en un tiroteo desafortunado, la traición de sus antiguos socios se convierte en el tema del film. Pero hay algo más: se nos describe a una serie de personajes tanto más egoístas y desagradecidos cuanto más elevada es su posición, que no quieren arriesgar por algo tan peligroso como devolver los favores que se les hicieron. Giovanni y el director Sautet humanizan al protagonista (Lino Ventura), ilustrando su personalidad como la de alguien que mata para defenderse, pero tiene buenos sentimientos y es fiel con los que se portan bien con él.
El afecto hacia sus hijos, el sentirse culpable por la muerte involuntaria de la esposa de uno de sus enemigos e incluso el lanzar un salvavidas al piloto al que roba una lancha nos indica que no se trata de un individuo embrutecido, sino cansado de la vida que lleva y sin poder ya rectificarla.
Igual ocurre con su compañero de suerte (Belmondo), es un buen tipo, a pesar de dedicarse a robar. Pero como vivimos en un mundo de intereses mezquinos, en el que se traiciona lo que sea para salvarse de un peligro, preside la película un fatalismo inevitable. Se nos recuerda que quien se enfrente a enemigos más poderosos tarde o temprano está obligado a perder.
El film, realizado con buen pulso, no desperdicia un segundo de metraje. Aunque tiene acción, su propósito es narrar melancólicamente el destino trágico de un delincuente. Y el desenlace no es brusco, es coherente con el pesimismo que destila todo el film. Grandes actores. Y pocas películas del cine negro francés alcanzan esta calidad.
Luis
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