Eggers al final si se ha animado a dirigir un proyecto de gran presupuesto (comparado con lo que venía haciendo) y el resultado ha sido irregular.

Si hay cosas que de inmediato reconoces son propias de él como el espléndido diseño de producción, el gran peso que la historia le da al folklor escandinavo y por supuesto al tema onirico con tintes surrealistas que recuerdan un poco a The Revenant y The Green Knight. Pero de ahí en fuera hay muchas otras cosas en las que se nota el estudio metió mano. Empezando por el montaje que en ese primer acto de la película se nota inconexo y con varias elipsis algo atropelladas. Lo mismo ocurre con el ritmo de la película. Va a toda prisa y apenas si brinda momentos dónde un plano sostenido o el silencio hagan su trabajo de permitir que la audiencia que espera más que solo momentos de acción, interiorice lo que está viendo.

Los diálogos tampoco ayudan demasiado con esta tarea pues se sienten fuera de lugar, ya que se les ha dado un tratamiento similar al de una obra de teatro de Shakespeare, pero sin el impacto que los diálogos del autor inglés si tienen en sus obras.

Alexander Skarsgard como Amleth si bien está fenomenal en las escenas de acción y se ve completamente comprometido con su papel y el desempeño físico que este requiere, también adolece de capacidad a la hora de intentar mostrar su lado más vulnerable. Por ejemplo, Mads Mikkelsen en Valhalla Rising desde el silencio logra transmitir muchísimo mejor todo lo que su personaje está sintiendo.

En la parte del guión también está una reiteración de lo animal y lo primitivo. Un aspecto que es genial pero del cual se llega a abusar o a resolver a lo fácil con simples alaridos furibundos. Pareciara que no se confía en que el público entienda lo que se está tratando de decir con respecto a ese tema.

En lo positivo como ya mencioné está todo el apartado visual. Tiene escenas llenas de brutalidad que acompañadas del entorno te meten de lleno en lo que estás viendo. Un mundo inhóspito dónde no hay lugar para la debilidad física y mucho menos la de carácter. Tampoco para el perdón y la misericordia.

No es moralista con su tratamiento de la violencia. Se la muestra como lo que es, una herramienta que pude usarse para la completa destrucción de los demás y del ser mismo que la ejerce, pero encaminada es un medio que ofrece consuelo, protección de los que amas y la liberación del alma. En la cultura nórdica solo se podía entrar al Valhalla muriendo en batalla. Caso contrario por muy valiente que se haya sido en vida, llegar al final de los días por vejez o enfermedad significaba que el alma del fallecido pasaría su eternidad en el Helheim; que sería algo así como un purgatorio.

Con respecto al resto del reparto hacen un buen trabajo. Pero Nicole Kidman es quien tiene una escena brutal que cambia todo lo que Almeth pensaba hasta ese momento determinado y pone su mundo de cabeza.

Considero que la película en líneas generales funciona. Pero no carece de varias limitaciones propias de lo que se espera en una película con 90 millones a sus espaldas. Tampoco diría que es un paso en falso en la carrera de Eggers porque se nota que a dado lo mejor de si aún si es una película demasiado grande para él y le ha abrumado. Tengo confianza en que con la nueva adaptación de Dracula o remake de Nosferatu según se mire, vuelva a lo que venía haciendo y que le ha funcionado mejor como autor dentro del séptimo arte.