Se podrá tachar a ‘’Villains’’ de cierto aire a refrito, bebido de mucho cine de género ya visualizado mucho antes, donde la misma historia se vuelve a narrar una y otra vez.


Pero sus defectos no son lo bastante graves como para menospreciar sus muchas virtudes. Y es que Maika Monroe y Bill Skarsgard son el tándem perfecto que consigue hacer que la cinta funcione. Tienen una química brutal, algo muy difícil de encontrar en las parejas protagónicas de la gran pantalla. Consiguen transmitir todo lo que sienten o piensan sus personajes en cada minuto y transforman una cinta de terror y comedia en una película muy emotiva, sobre todo en sus últimos minutos, en los que no entiendes el motivo de porque una comedia negra y acida como esta de repente logra que se te escapen un par de lágrimas, que intentas esconder con disimulo.


A Maika ya la habíamos visto en otras cintas como ‘’It Follows’’, ‘’ Hot Summer Nights’’ o ‘’The Guest’’, donde demostró con creces su potencial. Y Bill encarno a nuestro querido payaso diabólico de los recientes remakes de ‘’It’’, aunque muchos no lo recordemos (proezas del maquillaje). Lo que no sabíamos es que juntos pudieran conseguir tanto y transformarse en un monstruo de dos cabezas. Dos almas totalmente compenetradas en un solo cuerpo, expresando las mismas ideas de un modo totalmente natural, realista y entrañable. Y es que sus interpretaciones consiguen opacar a la segunda pareja antagónica, la formada por Jeffrey Donovan y Kyra Sedgwick, que quedan en un segundo plano.


A pesar de que el guion peca de falta de originalidad, está narrado de una forma divertida y fresca. De este modo, encontramos a una simpática y peculiar pareja de atracadores que se ven atrapados en la mansión a la que habían entrado para robar gasolina. Porque lo único que desconocen es que la aparentemente inocente pareja a la que apuntan con una pistola, está aún más loca que ellos mismos.


‘’Villains’’ nos habla de lo maravilloso que resulta encontrar a esa persona con la que podamos ser nosotros mismos sin restricciones. Alguien que esté dispuesto a sacrificarlo y cuestionarlo todo con tal de vernos una sonrisa dibujada en el rostro. Y da igual si eso implica atracar gasolineras, ser un poco psicópata con los extraños que vienen a visitarte de improviso a casa o tener sueños absurdos e inalcanzables como montar un puesto de venta de conchas marinas en una playa de Florida.


Porque el amor, cuando es verdadero, es una cosa de locos y dar con alguien que te acepte sin estar dispuesto a cambiarte, es la mayor aventura en la que te puedes embarcar en está vida.
Vuelvo a recalcar, que sin la pareja de actores protagonista la película hubiera sido muy distinta. Es imposible no emocionarse tras su visionado recordando escenas como ‘’el lavado de autos’’ , los múltiples sacrificios que hacen el uno por el otro o el verdadero viaje a Florida.