Somos muchos los que aún recordamos con cariño la novela de Dodie Smith ‘’101 dálmatas’’ de la que más tarde se apropiaría Disney haciendo de ella un clásico de su franquicia. Cruella ha formado parte de muchas infancias en su versión literaria, animada y cinematográfica (inolvidable la cinta donde la interpretada Glenn Close).


La cinta de Craig Gilliespie surgía como remake de esta última estrenada en 1996. Sin embargo, en esta nueva versión presenciamos la infancia, adolescencia y madurez de una joven Cruella y somos testigos de su conversión en la temida villana que conoceríamos más tarde. He de decir que esperaba mucho más del director de cintas como la maravillosa ‘’Yo, Tonya’’ de 2017. Y es que el guion escrito por Dana Fox y Tony McNamara que a su vez adapta una historia de Aline Brosch McKenna, Kelly Marcel y Steve Zissis basada en la novela original, fracasa en su nula capacidad para ofrecernos una villana medianamente interesante y compleja como la que demandaba esta historia.


Sospecho que esto se debe al sello Disney tras la producción que ha endulzado y edulcorado todo lo que Cruella debería haber sido. Y es que por mucho que lo intente, el personaje de Cruella nunca deja de ser una caricatura grotesca que nos ofrece un perfil extremadamente bipolar sin tener nada que ver con el personaje sofisticado, deslenguado y malévolo al que todos recordamos. En ciertos aspectos, ‘’Cruella’’ me ha recordado levemente a la reciente ‘’Joker’’ de Todd Phillips pero mientras esta abrazaba abiertamente su oscuridad realizando una gran critica a la sociedad y dando una vuelta de tuerca a sus predecesoras, la cinta de Craig Gillespie nunca acaba por encontrar su tono ni tampoco innova en ningún aspecto. No se sabe a qué tipo de público está dirigida, si a adultos, a adolescentes o a niños. Por un lado, quiere presentarnos a una villana compleja a la que los golpes de la vida y su enfrentamiento brutal y encarnizado con la temible Baronesa van moldeando y por otro nos ofrece una versión bastante light del personaje convirtiéndola solo en una tipa pedante y narcisista que en el fondo tiene un corazón de oro siendo incapaz de las maldades de las que la acusan como si quisieran erigirla en anti heroína. De este modo, tampoco encontramos una caracterización interesante de los personajes. Cruella tan pronto es un angelito como un demonio. A su lado, la Baronesa es la verdadera villana de la cinta. Otros personajes salen incluso peor parados, como los simpáticos ladronzuelos que acompañan a Cruella. Estos nunca dejan de ser marionetas absurdas con las que ella hace lo que quiere cuando quiere.


En definitiva, no se puede negar la gran calidad que ofrece el apartado técnico de la cinta. El vestuario y el decorado cumplen a la perfección dando como resultado una mezcla evidente entre ‘’El diablo viste de Prada’’ y el clásico de Disney (aunque todos los modelitos me parecen horrendos). Las actuaciones de dos actrices soberbias como Emma Thompson y Emma Stone quienes se enfrentan en un encarnizado duelo durante el transcurso de la cinta, resultan a su vez deslumbrantes como se esperaba de dos actrices de su nivel. A pesar de ello, la cinta falla en lo más importante al optar por un guion edulcorado y mediocre que podría haber resultado mucho más interesante en su ejecución si Disney hubiera apartado sus zarpas de él.


Posdata: Cuando empieza la cinta y vemos a Cruella de niña ya con el pelo blanco y negro te das cuenta de que no le puedes exigir mucho a la historia (ni madurez o profundidad). Una verdadera pena. Al final, es más una cinta infantil que otra cosa. Y su duración de 134 minutos llega a resultar muy cansina, alargan la historia tanto que te acaba explotando en la cara. Otro clásico tirado a la basura en un remake que nadie necesitaba.