‘’Hedwig and the angry inch’’ es una de las películas más especiales que he visto en mi vida. Solo con unos minutos de visionado ya eres consciente de que estás ante algo completamente fascinante y acabas por quedarte embelesado delante de la pantalla.


John Cameron Mitchell es el creador de está cinta fantástica que el mismo dirige, escribe y protagoniza interpretando al carismático Hedwig. El ‘’yo me lo guiso, yo me lo como’’, se cumple aquí a la perfección, ya que la cinta está inspirada en un musical que el mismo Mitchell escribió. El guión es hábil, inteligente, sensible y delicado. Empezamos nuestro particular viaje fílmico y sensorial con la banda de Hedwig tocando en un garito de mala muerte. Pero para el eso es lo de menos. Lo importante es contar historias, las historias de su vida a cualquier espectador que quiera escuchar sus trágicas y terribles memorias.


La vida de Hedwig no ha sido fácil. Separado del mundo que ansiaba conocer por un muro imposible de derribar, paso su infancia en Berlín Este, escuchando a los grandes cantantes punks y rockeros de Estados Unidos mientras soñaba con convertirse en uno de esos chicos despreocupados que creaban himnos capaces de arropar y fascinar a las masas. Para poder huir de un padre que abusaba de él siendo solo un niño y de un ambiente hostil y opresivo debe contraer matrimonio con un soldado americano que le propone cambiarse de sexo para alcanzar la libertad prometida en los Estados Unidos. Hedwig consigue salir de Berlín pero para ello debe pagar un precio demasiado alto. Porque como le dice siempre su madre, la felicidad tiene un precio. Nuestro protagonista acaba mutilado. Sin ser un hombre ni una mujer. Convirtiéndose en un incomprendido ser sin género que solo despierta el recelo de sus semejantes.


Tras ser abandonado por su marido, conoce a un muchacho que lo hipnotiza. Tommy Gnosis tiene todo lo que Hedwig hubiera querido tener para si mismo. Todo en lo que le hubiera gustado convertirse. Su cabello dorado y sus ojos azules, su facilidad para llegar a otras personas con su música, su cuerpo escultural, etc... Lo único que no tiene Tommy es profundidad. Le falta experiencia en la vida, pero sobre todo carece de lo más importante en un artista. Sensibilidad, creatividad y un alma atormentada. Le falta el corazón de Hedwig y su capacidad para reinventarse así mismo tras cada golpe y salir victorioso de cada derrota. Hedwig, embelesado por su nuevo amante, ejerce como mentor de una futura estrella que para triunfar le robara todas sus letras. Lo crea desde los cimientos como si fuera un bloque de mármol y le insufla vida, magnetismo y belleza.


Sin embargo, Hedwig no es como la gran mayoría. A él no lo creo ningún dios. El mismo es su propio dios, su propio ángel y demonio. Aunque las personas en las que deposita su confianza, sus cuidados y su amor lo utilicen y lo traicionen de la peor manera, Hedwig seguirá levantándose al día siguiente con una mirada desafiante, dispuesto a plantarle cara al mundo con rebeldía y desvergüenza. No necesita ningún amante cósmico para poder encontrar a su otra mitad. Nació tan completo que es capaz de avergonzar al resto de mortales que pasan por su vida. No obstante, hasta los dioses acaban por experimentar ese desesperado y atroz sentimiento de soledad. Hedwig ya lo sabe. Siempre lo ha sabido. Pero necesita al otro para reafirmarse, ansia encontrar una parcela ajena donde madurar y crecer. Desea la aprobación de un alma afín para dar sentido a su extraña presencia en un mundo que no está preparado para su precipitada existencia.


He encontrado similitudes entre ‘’Las noches de Cabiria’’ y está cinta. A pesar del tiempo que las diferencia y lo contrario de sus argumentos. Tras visionarlas, el sentimiento es el mismo. ‘’Hedwig and the angry inch’’ es una bocanada de aire fresco, uno de esos motivos de peso que te impulsan a seguir intentándolo, un ejemplo de superación y un canto a la lucha por alcanzar los sueños y la libertad. Pero, sobre todo, está maravillosa cinta defiende la necesidad de aceptarnos tal y como somos y querernos a nosotros mismos. Porque todos tenemos un lugar en este mundo y si ese lugar no existe, podemos crear otro. Cada uno de nosotros es especial, único e insustituible. Nuestras existencias por diferentes que parezcan son igual de bellas. Aunque el mundo nos engañe, nos mutile y nos desmiembre como a Hedwig, podemos coger uno a uno todos los pedazos que quedan de nosotros mismos y crear una obra de arte que brille tanto que deslumbre a cualquiera. Podemos convertir el dolor en poesía y transformar a los monstruos que nos acechan debajo de la cama en musas.


La forma en la que esta narrada la historia no podría ser más original. Hedwig nos va mostrando los retazos de su existencia mediante canciones que son joyas de incalculable valor y finos y delicados trazos de dibujo.


El apartado musical es excelente. Cada canción es única y especial a su particular manera. Destacando por encima de todas ‘’The origin of love’’ que explica el mito de Andrógino, ‘’Angry Inch’’ que narra la fallida operación de cambio de sexo de Hedwig’’ y ‘’Wicked Little Town’’ que consigue acariciar el alma y traspasar la pantalla. Las canciones son tan buenas que pasaras días tarareándolas sin siquiera darte cuenta de ello. El guión de la cinta es un dramón que sin la música y los dibujos no hubiera sido posible digerir del mismo modo. Siendo de este modo la música, un medio para aligerar la carga dramática que se agradece mucho.


Sigo en spoilers por falta de espacio....