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España España · Granada
Voto de Nadja:
7
Comedia. Drama Siete amigos que lo son desde hace años (tres parejas y un soltero) se reencuentran en una cena en la que deciden jugar a un juego extraño y arriesgado: ponen sus smartphone sobre la mesa y al grito de “no tenemos nada que ocultar”, deciden compartir los mensajes y las llamadas que cada uno de ellos reciba durante la noche, en una especie de ruleta rusa a golpe de SMS y tonos de llamada.
10 de marzo de 2018
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Paolo Genovese ha orquestado una magnifica fabula social que nos adentra en el peligroso mundo de la tecnología. ¿Puede ser realmente cierto que nuestros dispositivos móviles guarden mas información sobre nosotros mismos que la que estamos dispuestos a compartir con los demás?.
Bajo esa premisa se presenta una película magnifica y brutalmente honesta en la que un grupo de amigos decide aprovechar una cena casual como escenario en el que pondrán a prueba la propia confianza que tienen tanto con los demás como consigo mismos.
El banquete esta servido y esta vez son los móviles los que se colocan encima de la mesa para alimentar la curiosidad ajena y quitarse las mascaras por un rato. Unos minutos en libertad para seguir soportando una vida fingida y cimentada sobre felicidad de quita y pon.
De ese modo, mediante un sencillo juego saldrán a la luz secretos inconfesables, traiciones infames, seguridades ficticias y duelos maquillados de mentira.
Paolo Genovese no deja títere con cabeza.
Es igual de culpable el que engaña al que quiere que el que se engaña así mismo.
Pero los culpables no son ellos. Aparatos donde podemos ocultar todos nuestros miedos y nuestros vicios mas ocultos.
La tecnología no es culpable de nuestra propia falta de sinceridad.
Los culpables somos nosotros. Egoístas, caprichosos, frágiles y deshonestos. Incapaces de establecer relaciones con los demás que nos enriquezcan y buscando solo personajes secundarios que cubran de algún modo nuestro gran vació interior.
Prometiendo a otros lo que ni siquiera tenemos nosotros mismos. Presumiendo de anillos y relaciones sanas y estables que se mecen sobre una cuerda tan fina que no romperla resulta casi imposible.
Todo para mantener una fachada impecable en la que hace tiempo dejamos de creer. Y de este modo arrastramos a los demás a nuestro propio infierno. Parejas sentimentales que ahuyentan un poco la soledad y a las que no queremos realmente, descendencia obligatoria que vendrá a cubrir nuestro inseguro lugar en el mundo y perpetuar nuestra falsa, amigos con los que hace tiempo dejamos de sentirnos nosotros mismos,etc...



El final es alucinante. Una bofetada a la cara que no podría haberse dado nunca con mas ingenio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nadja
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