Antes de empezar esta crítica quiero dejar claro que no he visto la película de Jacques Deray de 1969 en la que se inspira, por lo que me ceñiré solo a hacer un análisis de lo que he visualizado en estos 124 minutos.


Debo admitir que uno de los factores que me atrajo a elegir pasar una tarde con este grupo de ricachones estúpidos y sus dramas de sobremesa fue la dirección de Luca Guadagnino(el cual fue para mí toda una revelación en 2017 con ‘’Calll me by yor name’’) y la presencia de algunos actores de la talla de Ralph Phiennes y Tilda Swinton. La cinta que se ubica dos años antes del gran éxito de Guadagnino(justo en 2015) no empieza mal y parece reunir todos los rasgos estéticos de la filmografía de Guadagnino (el erotismo, la fotografía cálida y sensual de algunos lugares bellísimos de Italia, la gastronomía del lugar, una fotografía preciosista y las emociones desbordadas de los protagonistas que parecen no conocer sus propios límites). No obstante, mientras el guion de Dave Kajganich avanza, somos testigos de cómo la historia va tomando forma conduciendo la trama hacia un camino sin retorno que no tiene ni pies ni cabeza. Empatizar con unos personajes como los que se nos presentan es un ejercicio prácticamente imposible del que creo que nadie puede ser capaz.


Tilda Swinton interpreta a Marianne Lane una antigua estrella del rock que se debate entre los sentimientos que aun siente por su expareja y la comodidad y seguridad que le proporciona su nueva pareja, un apacible y tranquilo yogurin al que le lleva unos cuantos años y que también arrastra su propio drama personal. En un estado total de afonía por el que debe guardar reposo en una isla paradisiaca durante un tiempo junto a su pareja, la relativa paz de la que disfrutan ambos se ve de pronto alterada a la llegada de Harry (ex pareja de Marianne y amigo de Paul, su actual pareja). Este no solo llega dispuesto a reconquistar a Marianne y a recuperar el tiempo perdido, sino que vendrá acompañado de su hija, una adolescente sensual que pondrá a prueba la fidelidad de Paul tentándolo constantemente. Una especie de manzana prohibida en un Edén que se antojaba en calma e inalterable. No se puede negar la energía y caos que Ralph Phiennes le insufla a su personaje Harry, varias secuencias de coreografías así nos lo demuestran. Harry es pura dinamita y no deja de vibrar durante todo el metraje. Sin embargo, no es suficiente para hacernos contemplar a su personaje con algo similar al afecto. Algo así también le ocurre al personaje de Marianne, que no deja de estar desdibujado en ningún momento. Al final hasta consigue que le cojas asco. Matthias Schoenaerts y Dakota Johnson tampoco logran destacar. Pasan por el film sin pena ni gloria con dos personajes extremadamente sosos y poco carismáticos. El personaje de Paul es totalmente prescindible y su presencia solo se justifica por el conflicto que produce en el tramo final. Dakota Johnson no tiene ni pizca de gracia como una Lolita un poco entrada en años que no llega a resultar ni lo sugerente ni lo misteriosa que su personaje insinúa.


En definitiva, creo que la cinta hubiera tenido mucho más sentido y coherencia si la pequeña crítica social que se da al final hubiera cobrado más protagonismo durante toda la cinta. Si el drama que se nos presenta se hubiera centrado en esos inmigrantes ilegales que pierden la vida en las costas de Italia y no en un grupo de pijos y snobs ricachones que se ahogan en su propia piscina de dramas insulsos por puro aburrimiento, tal vez tendríamos otra historia mucho más atractiva y notable, capaz de dejar un impacto mayor en los espectadores.


Me ha dado mucha pena ver descarrillar así a un director que creía muy interesante. Lo que hace con Tilda Swinton, esa belleza andrógina que parece venir de otro planeta y que siempre nos sorprende en cada una de sus interpretaciones y con un veterano como Ralph Phiennes que nos ha dado tantos personajes carismáticos, me parece un total menosprecio hacia su talento y un desperdicio.


En resumen, se puede decir que ‘’Cegados por el sol’’ es la historia de un grupo de guiris borrachos y quemados por el sol cuan cangrejos con sus pequeños dramas estúpidos, sus historias de cuernos y su infinito aburrimiento que hacen balconing al revés y se ahogan en sus lujosas casas veraniegas mientras otros, los que, si viven de verdad, se ahogan en las costas del Mediterráneo luchando por su supervivencia en un mundo y una realidad que si son verdaderamente hostiles y amenazadores. El gran conflicto apenas presente en la cinta se ve ahogado por un grupo de conflictos infinitamente menores en volumen e importancia, por lo que la historia naufraga sin remedio en su intento por simular un drama real. Un título totalmente prescindible que olvidaras demasiado pronto por lo vacío e inocuo de su contenido. Una verdadera pena ya que creo que el director, los actores y la trama daban para mucho más.