Muy buena docuserie que presenta a una Fran Lebowitz (personaje que no conocía su existencia) en un modo sin concesiones, con cero corrección política y de forma descarada apuntando a una crítica de la sociedad neoyorkina, pero también mundial. Lebowitz es el centro y foco de la trama del documental, pero a la vez está rodeada de la mística de New York, lo que hace una amalgama perfecta.
Cada speech de Lebowitz es digno de escuchar y analizar, no se le escapa nada, su discurso es lapidario y sin piedad, además de tener una locuacidad admirable, una mordacidad intimidante, una acidez e ironía constante, además de una ocurrencia magistral, esta especie de stand up itinerante en diferentes locaciones de la ciudad, mezclado con imágenes de archivo de diferentes artistas, es un buen producto audiovisual que se disfruta cada minuto.