Muy atinado el puntaje promedio que tiene este filme en la mayoría de sitios de críticas.
Si bien me entretuvo, la película no ofrece nada, no se arriesga, medio que al principio intenta prometer algo pero es puro artificio, se destaca, eso sí, en una gran atmósfera sórdida y lúgubre, como bien sabe construir el maestro Friedkin.
Por lo demás y dejando de lado a Al Pacino bailando en trance, el guion es flojo y cutre, de a ratos sazonado con escenas innecesarias que dan vergüenza ajena o "cringe", como se dice ahora.
Es una lástima porque daba para más, pero termina siendo un compendio desprolijo de escenas de Pacino con cara de perro triste, todo adobado con clichés al uso y esquematizados a un guion lineal, que no sabe a qué apuntar desperdiciando todo su potencial.
Solo queda el morbo y un retrato caricaturesco del mundo gay. Es de culto, eso sí.