Salvo que hayas estado en coma profundo durante los últimos 40 años y te despiertas hoy, hay poco de novedoso u original en esta propuesta. Si no fuera por lo acertado de tomar como excusa el tema de las IA, el filme hubiera sido un fracaso de proporciones mayores.

A esto le sumamos que Edwards ya ha demostrado su talento para los efectos visuales y aquí lo ha vuelto a hacer con soltura. Edwards es muy visual, se agradece y es por esa razón más o menos por lo que se sostiene un metraje de dos largas horas, pero es eso y nada más; una ausencia total de guion.
Edwards es lo mismo que decir Neill Blomkamp, cine de escenas bonitas en vfx y pero carentes de guion.

Desarrollo y guion muy tosco y esquemático, todo se siente como apresurado y metido con calzador, minado de deus ex machina, sazonado con un batiburrillo de condimentos que no aportan nada a una estructura construida con todos los tópicos conocidos posibles y, lo peor, amalgamados de una forma muy torpe.

Y para colmo a la construcción de mundo y contexto muy perezosas, se le agrega personajes con poco o nulo trasfondo y motivaciones, son meras maquetas automatizadas dispuestas a repetir sus respectivos parlamentos insignificantes.

Oportunidad desaprovechada.