En efecto, este líder político indio demostró que el pacifismo era un instrumento viable para alcanzar objetivos políticos ambiciosos y que la independencia de la India era posible sin necesidad de derramamientos de sangre.

Gandhi fue un líder nacionalista, pero, por encima de todo, fue un defensor de la igualdad y la justicia. Luchó con gran furor tanto para lograr la independencia de la India como para acabar con las desigualdades que padecía la sociedad de su país. En una sociedad tan estratificada como la india, predicó la admisión de todos los individuos como miembros de la sociedad. Sus ambiciones trascendían el ámbito estrictamente político: más allá de la liberación de su país y la transformación social, abogó por el perfeccionamiento espiritual del hombre.
Es por esto que hasta nuestros días el personaje de Gandhi, lidero a un pueblo y segadores gracias a su entusiasmo en pro del bien común, y dedicado al servicio comunitario, creció como ser humano y descubrió que su verdadera felicidad era lograr la felicidad del prójimo.