Tan mala que va a acabar haciendo que echemos de menos Dragon Ball GT. "Super" es una tontería pensada para atraer con malas artes a niños sin criterio y a adultos borrachos de nostalgia. Es como aquel capítulo en el que Goku y Piccolo se sacaban el carnet de conducir pero extendido a una serie completa y con mucha menos gracia (lo que ya es decir). Dragon Ball Super reinventa el término "relleno" hasta convertirlo en un arte, pisoteando con saña el increíble legado que nos dejó Toriyama y poniendo de manifiesto lo que ocurre cuando dejas un proyecto de esta envergadura en manos de gente que ni conoce, ni ama, ni respeta Dragon Ball (porque me niego a creer que el tito Tori haya participado en este esperpento, por mucho que digan por ahí). ¡Y no me obliguéis a hablar de la mala calidad del dibujo que no quiero hacer sangre!

¿Lo único positivo? La pésima animación del episodio 5 deja para la historia de internet un sinfín de memes difíciles de olvidar.