Media votos
7,3
Votos
70
Críticas
60
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Goiano:
10
8,1
21.825
Drama
El profesor Borg, un eminente médico, debe ir a la ciudad de Lund para recibir un homenaje de su universidad. Sobrecogido, tras un sueño en el que contempla su propio cadáver, decide emprender el viaje en coche con su nuera, que acaba de abandonar su casa, tras una discusión con su marido, que se niega a tener hijos. Durante el viaje se detiene en la casa donde pasaba las vacaciones cuando era niño, un lugar donde crecen las fresas ... [+]
28 de diciembre de 2007
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intimista y sosegada descripción de lo que muchos llaman "revisión vital", -esto es, mirar hacia atrás y evaluar la propia vida- cuya visión en este film produce al espectador efectos balsámicos y reparadores. Muy pocas películas de la historia del cine reflejan con un sentido tan equilibrado, armonioso y estético los interrogantes que cualquier persona humana puede tener sobre el sentido de su vida.
A través de la seráfica mirada del inolvidable Victor Sjöström, nos adentramos en el apacible, silencioso y comedido mundo de una sociedad que respira urbanidad, civismo y educación por todos sus poros, donde incluso las pasiones más carnales se presentan sin que un solo pelo de la cabeza quede despeinado por ello.
Un embriagador y sutil aroma va envolviendo al espectador en esta "road-movie a la sueca" donde el reloj de pared es quien marca la cadencia y donde la palabra agobio, griterío o malgusto sencillamente no existe. Uno de los grandes méritos de Bergman es que, a pesar de las diferencias culturales, cualquier ser humano con un mínimo de sensibilidad logra reconocer y enfrentarse a sus propios sentimientos.
Elementos fundamentales del film son los episodios oníricos del protagonista. Con una maestría insuperable, Bergman refleja las angustias, los deseos, los temores y los anhelos más profundos del viejo profesor universitario quien, tras sus tribulaciones, sólo le mueve una aspiración: la de comprobar que la vida, a pesar de todo y de todos, tiene sentido de ser vivida y saboreada.
Un film imprescindible.
A través de la seráfica mirada del inolvidable Victor Sjöström, nos adentramos en el apacible, silencioso y comedido mundo de una sociedad que respira urbanidad, civismo y educación por todos sus poros, donde incluso las pasiones más carnales se presentan sin que un solo pelo de la cabeza quede despeinado por ello.
Un embriagador y sutil aroma va envolviendo al espectador en esta "road-movie a la sueca" donde el reloj de pared es quien marca la cadencia y donde la palabra agobio, griterío o malgusto sencillamente no existe. Uno de los grandes méritos de Bergman es que, a pesar de las diferencias culturales, cualquier ser humano con un mínimo de sensibilidad logra reconocer y enfrentarse a sus propios sentimientos.
Elementos fundamentales del film son los episodios oníricos del protagonista. Con una maestría insuperable, Bergman refleja las angustias, los deseos, los temores y los anhelos más profundos del viejo profesor universitario quien, tras sus tribulaciones, sólo le mueve una aspiración: la de comprobar que la vida, a pesar de todo y de todos, tiene sentido de ser vivida y saboreada.
Un film imprescindible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Especialmente inquietante resultan los sueños referidos a los temores que nos acechan: el miedo a la muerte, con una simbología freudiana en estado puro, el dolor ante el engaño y la traición y el miedo a ser evaluado y defenestrado por los demás...En concreto este último temor, reflejado en el sueño donde el profesor es sometido a examen por un tribunal digno de la pesadilla de cualquier aspirante a notario.
Pero tras esas escenas inquietantes, también nos encontramos con otras tan emotivas como esperanzadora: la imagen final de un bello paisaje donde el protagonista se reencuentra con sus padres, como colofón de una vida cuya circularidad se cierra, y que a mí -lo reconozco- siempre me hace acabar con los ojos húmedos.
Pero tras esas escenas inquietantes, también nos encontramos con otras tan emotivas como esperanzadora: la imagen final de un bello paisaje donde el protagonista se reencuentra con sus padres, como colofón de una vida cuya circularidad se cierra, y que a mí -lo reconozco- siempre me hace acabar con los ojos húmedos.