Buena película de intriga cuya estupenda dirección denota la directriz que seguiría este género y que está cerca del culmen de la perfección narrativa.
Actores bien encarnados con personalidad interesante. Diálogos ácidos, inteligentes, dotados de sabiduría y a veces demasiado artificiales, pero esa era la magia de estas películas.
Soberbio Fred MacMurray y correcta Barbara Stanwyck, demasiado oxigenada y siempre dispuesta a poner caras de no saber qué es lo que pasa, lo cual resulta cansino. Flaco favor al estereotipo de rubias tontas.
Increíble la interpretación de la hijastra de la protagonista, Lola, que absorbe cada secuencia que le toca con una expresiva mirada.

Lo que no me ha gustado es que sea tan obvia durante la primera media hora, que se hace un poco vulgar, debido a lo esperado de los acontecimientos.
De acuerdo en que luego las cosas varían un poco y es lo que le da el aliciente a este film, pero todo resulta muy translúcido en los primeros minutos.