Magistral thriller lleno de emoción, intriga y tensión, gracias al talento del director Jonathan Demme.
Esta película contiene todos los elementos necesarios para alcanzar la perfección: estupendo guión terrorífico de Ted Tally, magnífica fotografía de Tak Fujimoto, inquietante música de Howard Shore, atmósfera lúgubre, reparto de lujo e interpretaciones insuperables.
El diabólico Hannibal Lecter (Sir Anthony Hopkins) realizando el psicoanálisis de Clarice Starling (Jodie Foster) y ejerciendo esa morbosa mezcla de repulsión y fascinación, ha pasado ya a la historia del cine como una de las secuencias más perversas y retorcidas del género.
Hopkins con esos ojos... (me da escalofríos recordarlo) es el personaje con mayúsculas. No puedo imaginar a nadie más en ese papel. Y Foster, con sus miedos y sus propios fantasmas psicológicos queda perfectamente a su altura, actuando con gran naturalidad y credibilidad, cosa nada fácil teniendo en cuenta la veteranía del magnífico actor.
Un film inolvidable y sobrecogedor.