No es demasiado mala y se deja ver. Anderson pretendía coger los elementos de la trama principal pero sin tener que recurrir a los personajes del videojuego, por eso escogió a Alice como protagonista para que no tuviera nada que ver. El problema es que cuando vas a ver una película que se llama Resident Evil, al menos esperas ver a un S.T.A.R, aunque sea Barry. Por eso los primeros 20 minutos me quedé esperando que apareciese Chris pero nada. Y luego estaba la fuerza de choque de Umbrella. Se supone que dicho grupo al menos está inspirado en los mercenarios de Umbrella, pero a medida que se van enfrentando a los zombies y a la Reina Roja te das cuenta de que de estos no va a quedar ni el apuntador.
Otra de las cosas que me fastidió bastante fue el papel que hacía Michelle Rodríguez, que hacía poco que había ganado el premio a la mejor actriz revelación en Sundance. Sobre Milla, bueno, ya sabemos que no es una actriz de método, pero junto a James Purefoy son lo único salvable de esta película de terror, que no da miedo. Respecto a esto último, debo reconocer que la única escena que me hizo removerme en la butaca fue la escena del ascensor del principio, y eso que era predecible, porque por el resto podría ser una película de sesión de tarde en la televisión.