Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
7
Drama Las diferentes historias de los huéspedes de un elegante hotel es el argumento de este film de brillante reparto. Obtuvo tan sólo un Oscar, pero fue el de mejor película. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Grand Hotel (1932), drama con algún tinte cómico, fue la ganadora del premio a mejor película en los Oscar de 1932. Presenta una serie de historias entrelazadas en un hotel alemán. Producida por la MGM, dirigida por Edmund Goulding y con Greta Garbo y Joan Crawford.

Por Nicolás Bianchi

Se nota en Grand Hotel cierta dinámica teatral ya que el guión fue elaborado a partir de la novela del mismo nombre de la escritora alemana Vicki Baum. Con dinámica escénica y visual, una vez que los personajes sean presentados, la película fluye y lo que está por resolverse reside en las mismas características de los personajes. Porque al ser así, la ganadora del Oscar de 1932 es también una película de actores, de estrellas.

Todos los protagonistas tienen dos caras. Una alegre y otra un tanto más oscura. Greta Garbo interpreta a la bailarina rusa Grusinskaya, que atraviesa un momento de angustia personal porque no está conforme ni con su situación afectiva ni con lo que ella considera como una magra audiencia para sus espectáculos. Es una diva apesadumbrada, que dice querer estar sola.

Joan Crawford es Flaemmchen, una delgada tipógrafa que es contratada por uno de los residentes del hotel. Su carácter chispeante y su sonrisa se desdibujan cuando recuerda su situación económica. Flaca por comer solo una vez por día, Flaemmchen quiere divertirse y bailar en los salones del Grand Hotel, pero, por su necesidad material, barajará la posibilidad de prostituirse.

El galán masculino es el personaje del barón von Geigern, interpretado por John Barrymore, un noble en decadencia que es seductor y carismático pero se aloja en el hotel para robar joyas de figuras como Grusinskaya. Así, como intruso y ladrón, conocerá a la bailarina y ambos se enamorarán a primera vista. Pero el noble no puede aceptar que la mujer sea el sostén de su vida y continuará metiéndose en nuevos problemas para poder conseguir algo de dinero.

El rol del villano es ocupado por el empresario industrial Preysing (Wallace Beery), un robusto, materialista y prepotente hombre que busca cerrar la fusión de una empresa. Es quien contrata a la tipógrafa Flaemmchen y también quien caerá en desgracia por su ambición. En contrapartida el personaje cómico es Kringelein (Lionel Barrymore), un empleado contable que padece una enfermedad grave y decide gastarse su dinero en una vida digna de un lord dentro del hotel. Tan patético como simpático, Kringelein ofrece las escenas más livianas, ya que frecuentemente bebe hasta colapsar.

Por último la película cuenta con un último personaje de relevancia, el doctor Otternschlag (Lewis Stone), un veterano de la Primera Guerra Mundial que oficia como narrador. Es quien dice que en el Grand Hotel la gente va y viene y nunca pasa nada. Algunos se van y otros llegan. Sin ser una obra maestra, Grand Hotel posee un formato que aún hoy continúa siendo explotado. Varios personajes, muchas estrellas y, a pesar de lo que se ha dicho, algunas cosas que sí pasan.
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow