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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
8
Western William Blake decide abandonar su puesto de contable en Cleveland (Ohio) después de recibir una oferta de trabajo en Machine, una inhóspita ciudad industrial en el Oeste de los EEUU. Sin embargo, cuando llega, resulta que su puesto lo ocupa otra persona. Charlie Dickinson, el hijo del propietario de la empresa, mata a su mujer cuando la encuentra en la cama con Blake, quien a su vez liquida a Charlie. De este modo, un simple contable de ... [+]
6 de agosto de 2020
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Esa es la dupla protagonista del por ahora único western filmado por Jim Jarmusch, Dead Man (1995). En blanco y negro, y con una potente banda de sonido compuesta por Neill Young, la película aúna las características del género con el estilo del director estadounidense.

Por Nicolás Bianchi

Jarmusch también filma escenas de tiros y, sorpresa o no tanto, le salen realmente bien. Dead Man tiene el mismo aire experimental que toda la obra del director sin salirse de los límites que impone el western. ¿Qué pasaría si al género se lo mixtura con los criterios estéticos, la preponderancia de la música y los personajes lánguidos y reflexivos que suelen poblar la filmografía de Jarmusch? La pregunta la responde el film, que no deja en ningún momento de ser una aventura en el Lejano Oeste, con todos sus personajes y vericuetos clásicos, mientras a la vez se trata de una obra de autor, como es el director.

La última parada del tren, el lugar más recóndito adonde llegan los caminos de metal, es el pueblo de Machine, adonde va William Blake (Johnny Depp) en busca de un trabajo como contador en la acerera del lugar, la empresa más importante de la zona. La muerte y la violencia integran a la trama desde el título y desde la primera secuencia también. Un tanto asombrado por la agresividad que se percibe en el ambiente, Blake camina por la única calle barrosa de Machine. A su costado se apilan huesos de animales muertos. Unos carpinteros terminan de construir ataúdes a martillazos. Un hombre al que una prostituta le practica una felación lo apunta con una pistola. ¿Qué mirás? En Machine no hay nada digno de verse.

Como era de esperarse todo sale mal. El puesto al que aspiraba Blake ya estaba tomado. ‘Vendí todo para poder venir hasta aquí’, ruega en vano. El capataz John (John Hurt) con sorna primero y el jefe Dickinson (Robert Mitchum, por si había alguna duda de que esto es un western) a punta de escopeta después le indican la salida. Blake se gasta, ya por la noche, las últimas monedas que tiene en alcohol. En cualquier otra película de Jarmusch el personaje se hubiera sentado a contemplar las posibilidades para su futuro, pero aquí, en Machine, las cosas son diferentes. En ese mismo momento Blake conoce, y se enreda, con la bella Thel (Mili Avital). A la mañana siguiente cuando se despierta junto a ella en su cama, vuelve de improvisto el marido. Ellos dos terminan muertos a balazos, mientras Blake huye a caballo y malherido.

En la llanura el indio Nadie (Gary Farmer) lo encuentra, lo cura y lo protege. Pronto Blake se entera que el marido de Thel, el hombre al que mató, era el hijo de Dickinson, el dueño de la empresa que tiene sobrados recursos para pagar una recompensa a quien le traiga al asesino de su hijo, vivo o muerto. Así comienza una historia de amistad entre el fugitivo y el indio, el personaje más entrañable y carismático de la película, y también una huida por bosques, praderas y ríos. Quedan aún por aparecer un trío de despiadados cazadores de recompensas y vagabundos diversos que se cruzan por el camino, entre los que se cuenta el músico Iggy Pop (¿travestido?) en un papel realmente bizarro.

Es formidable la banda de sonido compuesta por Neill Young. Le da sentido a todo el relato, lo resalta y cohesiona cuando es necesario. En su gran mayoría se trata de acordes en una guitarra eléctrica que suena distorsionada, apenas si se registra algún otro instrumento pero, si fuera el caso, solo como soporte de lo central. A veces esos bramidos parecen truenos que resuenan en la película, en otras ocasiones destaca la tensión que viven los personajes. Con este componente, el blanco y negro, la personalidad de sus personajes, y la disposición de Blake como una suerte de extranjero en un lugar que le es ajeno, Jarmusch compone su interpretación del género.

Dead Man es tanto un western que sigue los parámetros clásicos del género como una película de autor. Una comunión, que en este caso, resultó sumamente exitosa.
El Golo Cine
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