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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
6
Ciencia ficción. Intriga. Terror Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg) son una joven pareja que se ha planteado la compra de su primera casa. Para ello visitan una inmobiliaria donde los recibe un extraño agente de ventas, que les acompaña a Yonder (una nueva, misteriosa y peculiar urbanización donde todas las casas son idénticas), para mostrarles una vivienda unifamiliar para ellos. (FILMAFFINITY)
28 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivarium (2019), del director irlandés Lorcan Finnegan, narra en tono de pesadilla la convivencia de una pareja joven en un barrio suburbano. El film, de ciencia ficción con elementos de terror, fue presentado en Cannes 2019 y estrenado online durante 2020.

Por Nicolás Bianchi

La naturaleza, en ciertas ocasiones, puede ser horrible. Tal es la respuesta que se le ocurre a Gemma (Imogen Poots), una maestra de escuela, cuando una de sus alumnas le pregunta por qué se murió el pajarito que ambas miran en el suelo del parque. Del árbol, una vez que la niña se queda sin más cuestionamientos para hacer, desciende el jardinero Tom (Jesse Eisenberg), pareja de Gemma, encargado de los trabajos de poda en el parque del colegio. Con una actitud un tanto burlona entierran a la pequeña ave muerta, en una suerte de funeral exprés. Quizás la mato él sin darse cuenta mientras trabajaba, quizás fue la naturaleza. Lo cierto es que hay fuerzas más grandes que pueden decidir sobre el destino y la vida de otros.

La pareja que componen Gemma y Tom no está exenta de tal ley. En búsqueda de un hogar para comenzar una vida juntos los jóvenes llegan a una extraña inmobiliaria donde son atendidos por un inquietante vendedor, que les ofrece una casa en un complejo habitacional llamado Yonder, recién terminado y a estrenar, en las afueras de la ciudad. Más por cortesía que por interés, lo siguen con su auto hasta allí. El barrio al que llegan es espantoso. Varias filas de casas idénticas, pintadas de verde, que parecen salidas de la década del 50 se prodigan por algunas cuadras. Todo está vacío. Los tres recorren el hogar hasta que súbitamente, mientras la pareja está en el jardín trasero, el vendedor desaparece. Gemma y Tom rápidamente vuelven al auto para irse. O al menos para intentarlo.

Tomen el camino que tomen siempre vuelven al mismo punto, como en una banda de Moebius. Recorren una y otra vez los callejones del barrio, doblan, finalmente se hace de noche. Se les agota el combustible del auto. Están dónde empezaron, frente al número 9 de la puerta del hogar que les mostró el vendedor. No hay salida aparente. Al día siguiente una caja aparece misteriosamente en la puerta con alimentos y productos de higiene. En la segunda mañana en que la pareja se despierta en su hogar prisión, otra caja, que contiene un bebé, fue dejada en la entrada del lugar.

Sin buscarlo, sin quererlo, Gemma y Tom se encuentran varados en un hogar y conforman una muy extraña familia. La película, como es notorio en este punto, habla del infierno de la rutina en los suburbios, de cómo la repetición al infinito de la vida cotidiana torna a las personas grises, les drena el deseo y les anula la pasión. De a poco, Gemma va a asumir un rol parecido al de una madre del siglo XX, mientras Tom va a ser el padre distante que luego de desayunar se va rápidamente a trabajar hasta altas horas de la noche.

El planteo inicial de Vivarium es atrapante. Finnegan logra, en ciertas escenas que involucran al ‘hijo’ de la pareja, un ambiente escalofriante y aterrador. Pero una vez dispuestos todos sus componentes el relato se estira. En cuanto a sus significados las referencias se agotan al promediar el film. La narración deja de tener cualquier interés intertextual y se centra en el devenir de los personajes, lo que indica que la película se queda sin argumento, ya no tiene más que decir sin repetir.

En algún punto la película deja en el espectador la sensación de que se está abordando un tema viejo y remanido. En el mundo actual, más allá de la pandemia, las preocupaciones de las parejas jóvenes parecen estar más relacionadas con conseguir ese primer hogar, que con el tedio que se desprende al vivir en un sociedad de consumo, un fantasma más propio de la post guerra del siglo pasado que de la actualidad. Hoy por hoy las desigualdades, el empobrecimiento de los trabajadores y el surgimiento de nuevos movimientos populares de derecha parecen ser temores más apropiados para un imaginario de ese estilo. Más allá de las valoraciones que se puedan hacer, series como Black Mirror o Years and years exploran esos caminos.

El proyecto original del film provino de un corto. El impacto inicial de Vivarium está logrado, pero luego el film no justifica su extensión. Quizás hubiera sido un buen capítulo largo de una serie, porque para ser una película sólida y contundente le falta sustancia.
El Golo Cine
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