Riders of justice (2020) es una comedia danesa dirigida por Anders Thomas Jensen en la que, luego de un accidente ferroviario, un grupo muy desparejo de personajes se ve enfrentado a una pandilla de motoqueros. La película tiene mucha acción y un humor lúgubre característico del cine escandinavo.

Por Nicolás Bianchi

Para los cánones del mainstream el humor escandinavo podría considerarse como de una comicidad a medias, con un componente fuerte de oscuridad y pocos, pero en este caso efectivos, gags. El juego que propone Riders of justice se da a partir de los contrastes entre personajes muy distintos y algún subtexto que podría ligarse a la justicia, la venganza y la circulación de la información en el mundo actual. En cualquier caso, es un film en el que suceden muchas cosas a la vez.

El evento que une a los personajes y dispara la acción es un accidente, o atentado, ferroviario. El militar Markus (Mads Mikkelsen) debe volver de la guerra en Medio Oriente porque tanto su esposa como su hija estaban en el tren. La mujer muere mientras que la joven resulta herida pero luego se recupera. Otro de los sobrevivientes es el matemático Otto (Nikolaj Lie Kaas), que recientemente fue despedido de su trabajo.

Junto con otros dos nerds, que además son hackers, Otto llega a la conclusión de que lo que sucedió en el tren fue un atentado. En el evento también murieron un pandillero arrepentido y su abogado, que debían brindar testimonio unos pocos días después contra la banda de los Riders of justice. Los amigos de Otto son los personajes más volcados al humor. El flaco y desgarbado Lennart (Lars Brygmann) se vive peleando con el obeso e hipersensible Emmenthaler (Nicolas Bro).

Con su hipótesis, basada en datos muy parciales, Otto y sus amigos contactan a Markus quien se embarca con ellos en un plan de venganza contra la banda criminal supuestamente responsable de la muerte de su mujer. Por debajo de la trama se puede percibir una advertencia sobre el uso de la big data, los grupos que alientan teorías conspirativas y la práctica de una supuesta justicia por mano propia.

La convivencia entre el lacónico Markus, una especie de Rambo danés, y sus nuevos amigos es difícil y da lugar a algunos momentos bizarros. Además, el héroe militar mantiene una tensa relación con su hija adolescente Mathilde (Andrea Heick Gadeberg). El papel de hombre duro y vehemente es otros de los señalamientos de la película. Su incapacidad de empatizar y su propensión a resolver todo violentamente son actitudes que están resaltadas.

Las dos horas de duración son un tanto excesivas y las escenas en las que se enredan los nerds con el héroe violento son reiterativas, más cuando todo conduce al inevitable enfrentamiento violento entre los protagonistas de la película y la pandilla de motoqueros, supuestos terroristas. De todos modos los nerds resultan ser personajes queribles, sobre todo el gordo Emmenthaler, y las escenas de acción están muy bien filmadas. No todo es lo que parece y no siempre los números se interpretan correctamente, aunque las posibilidades sean de una en muchos millones.