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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
7
Comedia. Drama Zack, Jack y Roberto comparten celda en una cárcel. Zack es un DJ; Jack, un chulo de poca monta y Roberto, un turista italiano. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su tercera película, Down By Law (1986), Jim Jarmusch deja entrever la consolidación de una serie de marcas de autor que ya se habían presentado en sus anteriores trabajos. Personajes que frecuentan el delito con cierta inocencia, elipsis abruptas y, sobre todo, tipos de postura cool.

Por Nicolás Bianchi

Tom Waits está bastante lejos de ser un buen actor, pero nadie podría interpretar mejor que él su papel en Down By Law. No se trata de dramatismo ni de potencia actoral sino de postura, de onda. Y en eso es difícil superar al músico de voz grave y nocturna. Un primer rasgo del estilo Jarmusch está dado por personajes que son hombres bohemios, con alguna inclinación cultural por la literatura, la música o el cine, que viven con lo puesto, y no desean más que eso, mientras se dejan llevar por las circunstancias que los llevan por caminos inexplorados.

Down By Law comienza prácticamente como un film noir. Waits en el papel de Zack es echado de su casa por la femme fatale Laurette (Ellen Barkin), luego de llegar a la cama en un estado de cierta confusión y a cualquier hora de la madrugada. Allí se presenta otra marca de Jarmusch. Zack va a comenzar a vagar por las calles feas y sucias de New Orleans, escenarios muy similares a los que en sus dos anteriores películas había recreado en New York. Barrios al margen del glamour citadino, invadidos por residuos, ladrillos a la vista y construcciones un tanto derruidas. Ese parece ser el ecosistema urbano de Jarmusch.

Entre esas calles mora Jack (John Lurie), un proxeneta que también lleva a su novia al límite de su paciencia. Pero en su caso el problema no es que lo echan sino que por un tercero se ve enredado en una acusación, en una escena que a los ojos de hoy luce un tanto sórdida y fuera del tono general de la película, de prostitución de una menor, por lo que termina en la cárcel. Sin plata y con su petaca a punto de vaciarse, Zack también acepta un ‘trabajo’ que resulta en complicaciones que lo llevan a la misma prisión. Jack y Zack en el mismo calabozo.

El factor que cambia a la película es el personaje de Bob (Roberto Benigni), un italiano cuyo running gag es que habla inglés a los tropezones y anota en una libreta cada palabra que descubre. Cuando se termina de conformar el trío preso en la misma celda todo cobra un tono mucho más liviano. Bob es prácticamente una caricatura, y es quien va hacer que avance la acción.

Las elipsis, no mostrar lo que es central en otras películas, es otro de los rasgos que depura Jarmusch y lleva aquí al paroxismo al contar una fuga de la cárcel, sin mostrar propiamente las acciones. Bob dice que vio una película hablada en inglés (¿será una referencia a Escape from Alcatraz de Don Siegel y con Clint Eastwood que es de 1979?) en las que unos presos escapan y que, por algo que vio en el patio, ellos se pueden fugar. Corte y los tres ya están fuera corriendo y escapando de los guardias y sus perros.

El director también cuenta a sus personajes al mostrarlos mientras caminan. La forma en la que se mueven, el ritmo de sus pasos, son parte de los protagonistas en Permanent Vacation (1980), Stranger Than Paradise (1984) y aquí también. La forma de retratarlos, con travelling, los ángulos contrapicados algo extraños y los planos en gran angular en los que los personajes recorren distintos lugares del espacio que se muestra son los rasgos más salientes del dispositivo visual de Jarmusch. Hay una búsqueda, de parte del director, por la estética fotográfica de sus actores, que por momentos, más que actuar parece que posan por unos instantes para formar distintos cuadros a medida que se desarrollan los films.

El look, la postura, la forma de hablar, el completo desinterés por el trabajo y la actitud bohemia, de cierta curiosidad espiritual e intelectual rodean, cuando no conforman, a los protagonistas de las películas de Jarmusch. Por eso no es relevante que Tom Waits actúe bien, sino que lo que importa es que Tom Waits sea quien es.
El Golo Cine
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