Esta extraordinaria película iraní dirigida por Ali Abbasi cuenta la historia de un asesino serial de prostitutas en una ciudad en la que el odio a las mujeres está extendido como una práctica común.

Por Nicolás Bianchi

Holy Spider es primero un policial y después un thriller judicial que, como las grandes películas de estos géneros, da cuenta de un estado de situación y denuncia uno o varios problemas. En este sentido, el film es a la vez un relato atrapante sobre un asesino serial y una periodista que conduce una investigación para atraparlo y también un manifiesto sobre la violencia que sufren las mujeres en Irán.

Si bien los sucesos que retrata Holy Spider se basan en un caso real sucedido entre los años 2001 y 2002, su estreno en un año en el que las protestas de las mujeres iraníes han acaparado la atención global pone, a esta historia, en un lugar de mayor relevancia. La primera secuencia, que sucede antes de los títulos, resulta reveladora y sienta las bases de la historia.

La cámara sigue a una prostituta que se prepara para una noche de trabajo. Su cuerpo parece un campo de batalla, lleno de moretones y cicatrices. Luego besa a su pequeño hijo y sale a la noche. Después de atender 2 o 3 clientes un motociclista la invita a subir a su vehículo y la lleva a su casa. Se trata del “spider killer” (Mehdi Bajestani), un hombre que, antes de ese encuentro había asesinado 7 u 8 mujeres.

Después de esta presentación se introduce a la heroína del relato, la periodista Rahimi (Zar Amir-Ebrahimi), enviada a esta ciudad del interior iraní por un periódico. Pero esta mujer va más allá de su tarea y se toma el caso como personal, ya que comienza a investigar con el fin de atrapar al asesino. Su único aliado es el periodista local Sharifi (Arash Ashtiani). Al mismo tiempo, los policías encargados de la investigación no demuestran ni el más mínimo interés en llevar adelante la pesquisa.

Lo que Holy Spider muestra en sus casi 2 horas de duración es a una sociedad atravesada y fracturada por el odio a la mujer. Para contar esta situación la película, por momento, resulta asfixiante. No hay una sola interacción de Rahimi con un varón, más allá de su colega, que no esté mediada por la discriminación y la violencia. Desde las paredes de distintos edificios, los retratos de los ayatolás parecen ejercer un estricto control de todo.

La película de Abbasi, que ya había sorprendido con la nórdica Border (2018), es sutil e inteligente para dar cuenta de la situación política en la que se desenvuelve la historia. Por presión de Teherán (en alusión al gobierno central del país) hay funcionarios judiciales y civiles que se ven obligados a solucionar el tema del asesino. En definitiva, son hombres con cargos políticos que hacen lo que deben, o más bien lo que se les manda. A su vez, el problema de la violencia de género es mayor, ya que está instalado en todas las capas de la sociedad. Incluso en personas que podrían considerarse víctimas.

Holy Spider es primero un policial tenso y después un thriller judicial inteligente. Hay distintas escenas en las que el suspenso está logrado con maestría. Al mismo tiempo, la película construye un alegato potente contra lo que viven a diario las mujeres en Irán. En el último tercio del film puede haber alguna escena redundante y repetitiva. Pero este defecto menor no resulta relevante a la hora de valorar un film certero y muy bien realizado de principio a fin.

La película no está disponible en ninguna plataforma de streaming pero se consigue online. Contacto: [email protected]