Pues resulta que hay un grupo de directores cuyos errores siempre serán disculpados por una legión de pringados incondicionales de métodos agresivos: Quentin, Pedro Almodóvar, Lars, Haneke, Kevin Smith... Algunos se quedaron con las ganas de llegar a ese status: Coixet, Shyamalan, Sam Mendes, Aronofsky, etc. ¿Que a qué status me estoy refiriendo? Al de semi-dios, al de gerifalte de la vanguardia, al del puto amo, al que dice que Nigeria ha ganado el último mundial y nosotros le creemos.

Sí, las modas causan estragos. La, como a mí me gusta llamar, 'canalla plebe' del mundo del cine en seguida se deja arrastrar por los peligrosos postulados de los críticos de las revistas, y antes de que te des cuenta, ya le erigen a un nuevo director húngaro una estatua de oro macizo, para que todos la veamos ahí bien alto y la adoremos, sin darnos la oportunidad de valorar con criterio y ecuanimidad las puñeteras películas que haya dirigido el susodicho, que aunque a veces nos olvidemos, de eso se trata. Sí, joder, de ver una película, encontrarla o no entretenida o interesante, y ya está, a ver otra. No a besar la tierra por donde pisa nadie.

Dicho lo cual, me llena de esperanza y alivio que últimamente están saliendo muchos vídeos, cortometrajes e incluso películas enteras en las que los flipados del postureo cultural quedan en evidencia y hasta ridiculizados sin piedad (recordemos la discusión entre el prota de LA GRAN BELLEZA y la mentecata "creadora" teatral), quedando patente que los que sentimos náuseas cada vez que un imbécil se recrea en el virtuosismo visual del cine de 'Anderson' (sin el 'Wes', importante), o en el realismo descarnado de Haneke, somos ya muchos, y puede que de hecho, bastante más que ellos.

Me alegra saberlo, sí señor. Ya nos han vendido mucha mierda camuflada de vanguardista (pobres años 90...) y demasiado cine griego intragable. Si de repente sale un director joven y desconocido, y va y te sorprende con una película chula, bien hecha, novedosa... ¡Pues muy bien, hala, no tenéis por qué ponerle un altar! Veremos la siguiente, y si nos gusta bien, y si no nos gusta, mal. Punto. Pero hostia, lo de Christopher Nolan............ Hace una película bastante redonda (MEMENTO) y le dejan hacer ocho mierdas, y además multimillonarias. Cómo puede ser que auténticas patatas, dos de las películas peor realizadas que he visto en toda mi vida (LA LEYENDA RENACE; EL HOMBRE DE ACERO) tengan esas puntuaciones, ¡¿por qué, Señor, por qué?!

Respuesta: N-O-L-A-N. (las letras, no la persona.)
Y un sinnúmero de fanáticos medio lelos que le han encasquetado el '10' antes del estreno de su siguiente estafa. Fincher estuvo a punto de lograr ese nivel de histeria colectiva, pero quedó en el intento. Sam Mendes lo mismo. Y tantos y tantos, que al final se revelan como lo que son, realizadores del montón, que en un momento dado tuvieron un par de años de clarividencia.

Desde aquí hago un llamamiento para tirar abajo todas las esculturas monumentales, quemar las efigies doradas y desmitificar los inflados nombres de todos los artistas que han sido ensalzados en las últimas dos décadas. Y no lo pido sólo por capricho, porque me dé coraje. Es que no quiero que me ocurra nunca más lo que me ha pasado con ANTICRISTO y MELANCOLíA. Es decir, contemplar dos putísimas mierdas durante la eternidad que duran porque un subnormal disfrazado de persona culta me ha jurado y perjurado que son obras maestras indiscutibles.

Y sí, ya sé que es de Emir Kusturica. Sí, ya sé que es el retorno de Amenábar al cine. Sí, ya sé que la dirigió Tarantino con guión de Kevin Smith. Sí, ya sé que el cine iraní es sublime. Sí, sí, sí, ¡Sí, Sí! ¡Dejadme en paz! ¡¿Puedo ver una película normal?! ¿Por qué no probáis a investigar a otros directores con mucho más oficio que vuestros "deificados" pero con mucho menos cuento, eh? ¿Por qué diantres no sabéis quiénes son Mark Lester, John Avildsen, Menahem Golan, Ringo Lam, John McTiernan, Tony Scott, Kevin Reynolds, Amy Heckerling, Joel Schumacher...? Todos ellos saben lo que es hacer grandiosas películas que se han convertido en clásicos modernos. Pero por lo visto decir en voz alta que te gustan es poco menos que blasfemar.

Existe todo un mundo más allá de David Lynch y de Woody Allen, un mundo maravilloso de diversión, sencillez e incluso escapismo, donde el cine es un medio para pasarlo bien a solas o con los tuyos, donde reflexionar sobre los problemas del mundo y los entresijos del alma no es una obligación, sino una opción. Donde el cine es lo que ha sido siempre y siempre será: el mejor medio de entretenimiento jamás creado.

Gracias Lars Von Trier & company por tratar de confundirnos al respecto.