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Voto de Anuled:
9
8,2
108.422
Bélico. Drama
Durante la guerra de Vietnam, al joven Capitán Willard, un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, se le ha encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se ha vuelto loco. El capitán deberá ir navegar por el río hasta el corazón de la selva, donde parece ser que Kurtz reina como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios. (FILMAFFINITY) [+]
19 de junio de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si usted alguna vez ha creído por un simple instante que el peor de los peores infiernos que pudiese existir, (y que se hubiese creado para la gran pantalla), fue el satírico ideado por el brillante Woody Allen, justo al final de su filme Desmontando a Harry, en el que aparecen plantas exclusivas para toda clase de pecador, incluso para críticos literarios o medios de comunicación (a Dios gracias dejan bien claro que esas plantas están llenas, sino mal porvenir le iba a esperar a un humilde servidor), y que el más cruel de los crueles demonios, ángeles caídos, Satanases o Luciferes era el burlador, libertino y alcohólico que mantuvo ese diálogo tan divertido con Woody en los confines del averno sobre quién había hecho más maldades (a ese pobre diablo le gustaban los tríos con hermanas y las minusválidas, ¿habrá visto este mundo, ese infierno, ser más maléfico y pútrido?), pues está muy lejos de acercarse realidad: jamás un infierno ha sido presentado por el séptimo arte ante la retina tan cruel y crudamente como en Apocalypse Now.
Ya lo advirtió en su momento aquel personaje de la serie Juego de Tronos llamado Melissandre, sólo hay un infierno, el que vivimos ahora, y Coppola ha sido uno de los pocos directores capaz de retratar esa imagen en Apocalypse Now, porque en ese filme el infierno no está en los sueños de los protagonistas, ni después de la muerte ni en el infinito, el báratro estaba allí, en Vietnam, en una playa, una aldea, un rio, una persona; y en ese tártaro no había monstruos, se encontraba una mueca perversa del ser humano.
Sigue en spoiler.
Ya lo advirtió en su momento aquel personaje de la serie Juego de Tronos llamado Melissandre, sólo hay un infierno, el que vivimos ahora, y Coppola ha sido uno de los pocos directores capaz de retratar esa imagen en Apocalypse Now, porque en ese filme el infierno no está en los sueños de los protagonistas, ni después de la muerte ni en el infinito, el báratro estaba allí, en Vietnam, en una playa, una aldea, un rio, una persona; y en ese tártaro no había monstruos, se encontraba una mueca perversa del ser humano.
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Y es a nuestro guapo y joven Martin Sheen (que por cierto, pidiendo al estimado lector que me permita la licencia de hacer un inciso, recientemente descubrí que su nombre real es Ramón Antonio Gerardo Estévez) a quien mandan a ese infierno, a esa jungla cargada y que con muy buen ojo Coppola rodó durante casi toda la película con un ambiente anaranjado. Tiene una misión, ha de adentrarse en lo más profundo de las tinieblas y sabe que no volverá siendo el mismo. Nadie está cuerdo, nadie responde a lógica alguna. Ni las religiones, una vaca volando, rituales indígenas dignos de Holocausto Caníbal o una misa en medio de un campo de batalla rodeado por fuego, cadáveres y casi cadáveres, lo corroboran. Ni los soldados, ni los altos cargos ni mucho menos el entrañable, necesario e inolvidable Coronel Kilgore, Robert Duvall, que en medio de toda la desesperación, el miedo y la incertidumbre, el caos y las muertes de sus enemigos y amigos de su Séptimo de Caballería que no cabalga caballos, vuela helicópteros, lo único que le interesa es el surf. Ni las chicas de Playboy, ni Miss mayo… ¡Dios mío con lo guapa que era Miss Mayo!; todos han perdido algo importante de su ser en la oscuridad al adentrarse peligrosamente en ella. Y el que más perdió de todos fue nuestro amigo Martin Sheen, poco a poco, al avanzar por ese rio de muerte infinita para hacer sus pertinentes gestiones con uno de los mejores Marlon Brando de cuyo propósito no quiero acordarme por si alguien no ha tenido el gusto de ver la película.
Y salió de allí, salió resucitado. Pero para resucitar al tercer día primero tuvo que morir. El Horror, el Horror… y ese infierno no es algo paranormal; existe todos nosotros.
Y salió de allí, salió resucitado. Pero para resucitar al tercer día primero tuvo que morir. El Horror, el Horror… y ese infierno no es algo paranormal; existe todos nosotros.