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España España · El Puerto de Santa María
Voto de Jesus Gonzalez:
7
Comedia Cinco historias de amor y de curiosas filias sexuales coinciden en un calenturiento verano madrileño. Dacrifilia, elifilia, somnofilia y harpaxofilia son algunas de las particulares formas de obtener placer que descubren nuestros protagonistas, pero para disfrutarlas tendrán que decidir cómo integrarlas en sus vidas. Sus sentimientos, sus miedos y sobre todo su sexualidad se transforman rompiendo tabúes, adentrándose en una etapa nueva, ... [+]
7 de abril de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"KIKI: El amor se hace" (2016) es preferible verla en pareja, porque el amor se hace, pero mejor entre dos. Eso del amor propio está muy bien, pero lo cierto es que resulta aburrido e incluso a veces auto-impuesto por razones siempre insuficientes. El amor hacia el otro surge cuando menos te lo esperas para devolverte el doble de lo invertido. No siempre se gana, pero siempre merece la pena jugar.

Paco León lo sabe y nos lo grita a la cara a través de una alegre fiesta sexual que explora algunas de las parafilias sexuales más divertidas para acercarse a unos personajes totalmente despojados de pudores. Los actores, desde Natalia de Molina, pasando por Candela Peña y acabando por el propio Paco León, se muestran desnudos de manera literal y figurada (todos los personajes llevan el nombre real de quien los interpreta) y consiguen ofrecer, a través de las cinco historias que se nos muestran, los ingredientes suficientes como para salir del cine eufórico de optimismo. Me atrevería a decir que excitado, aunque si bien es cierto, la consistencia narrativa funciona a medias, ya que cada relato vive por sí mismo de manera independiente, como sketches cohibidos que no se atreven a unirse en orgía, a pesar de compartir un apetito similar por lo dramático y lo extravagante.

Tras sus dos largometrajes anteriores, “Carmina o Revienta” (2012) y “Carmina y Amen” (2014) donde Paco León abordaba temas actuales de denuncia social a través del humor más puro y estrafalario (el de una madre), el sevillano consigue realizar su trabajo más cuidado hasta la fecha. Una visión más amplia y reposada sobre la pasión que une a la pareja, que encaja perfectamente en un diseño de producción más distinguido y llamativo, destacando la puesta en escena que ambienta cada historia, todas fácilmente identificables tras un par de planos. Una comedia española enmascarada (otro fetiche), que intenta escaparse un poco del aspecto visual casposo y a veces mustio que caracteriza al cine de humor patrio, estancado en unos límites del humor cada vez más desgastados y anticuados. Se agradece el esfuerzo.

El mensaje en el trasfondo del plano, donde ondea una bandera republicana; la búsqueda de la metáfora en el detalle de una jugosa fruta prohibida; la salvaje eclosión del instinto animal ilustrado directamente en la pantalla, etc. Paco León sigue experimentando y aprendiendo, insinuándose como un director a tener en cuenta dentro del panorama nacional. Esperemos que de aquí a pocos años nos haya seducido por completo y que sea un amante a la altura. Del cine, claro está.
Jesus Gonzalez
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