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España España · El Puerto de Santa María
Voto de Jesus Gonzalez:
10
Drama. Romance "Había una vez un joven príncipe cuyo padre, el rey de Oriente, lo envia a Egipto para encontrar una perla. Pero cuando llega, el pueblo le sirve una taza. Al beberla, se olvida de que era el hijo de un rey, se olvida de la perla y cae en un profundo sueño." El padre de Rick (Christian Bale) solía leerle esta historia cuando era un niño. En la actualidad, siendo Rick ya adulto, el camino hacia Oriente se extiende ante él. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi hermano dice que "Knight of Cups" va sobre la vida de Jesucristo y que es divertido, porque Christian Bale realmente se parece al de Nazaret. También dice que Malick se ha pasado con los túneles y que esta vez nos da todo muy mascadito. Puede ser. Yo pensaba que la película iba sobre mí. Yo no me parezco a Christian Bale, y mucho menos a Jesucristo (más allá del nombre) pero si me siento identificado con la historia que se ha usado como sinopsis en la comercialización del film:

"Había una vez un príncipe cuyo padre, el rey del Este, le envió a Egipto para buscar una perla. Pero cuando el príncipe llegó a su destino, le invitaron a beber de una copa y, cuando lo hizo, olvidó que era el hijo de un rey, olvidó la perla y cayó en un profundo sueño."

Puede ser que Malick, partiendo de esa historia, haya perpetuado su ensayo cinematográfico a través de la improvisación y la búsqueda del momento, montando a posteriori una sucesión de imágenes que se antojan inclasificables en ninguna dimensión de tiempo, y eso es un problema para mí, porque me frustro rápidamente cuando no puedo encajar en ningún sitio las piezas que se van acumulando en mis manos conforme avanza el metraje. Aun así, intento captar todo lo que pueda para luego intentar formar el puzle. Mi puzle. Que no va a ser el que desmontó irónicamente el director en la sala de montaje para crear esta película, ni el que inicialmente dibujó en su cabeza cuando concebía la corriente de pensamientos que posteriormente desembocarían en la desordenada peregrinación que se nos muestra, sino un puzle nuevo y diferente que rellenaré con toda mi subjetividad y mis idas de olla.

Lo que no termino de entender es que la crítica especializada, infinitamente más y mejor preparada que yo, se limite a rechazar la obra por su inaccesibilidad cuando su trabajo consiste, o debería consistir, en desentrañar las ideas, mensajes o reflexiones que se encuentran perpetuadas en las imágenes que el autor nos ofrece, por muy indescifrables o personales que éstas sean. Los supuestos profesionales del ámbito cinematográfico están tomando por costumbre el rechazo hacia lo complejo por el simple hecho de ser complejo. Parecen tener miedo de mostrar su desconocimiento hacia todo aquello que carece de certeza, optando por el desprestigio y la crítica barata y vacía repleta de adjetivos que simplemente funcionan para maquillar las carencias que posee su propio trabajo.

Lo poco que yo extraigo de "Knight of Cups", más allá de la exorbitante fuerza visual que proyecta la cinematografía del Chivo Lubezki, es un viaje perdido en el tiempo y delimitado levemente por las relaciones que alimentan y atormentan a Rick, un hombre que deambula por el mundo en busca de algo que de sentido a su existencia, mientras que su pasado lo atormenta con errores que todos acabaremos cometiendo, porque todos nos perdemos y todos olvidamos antes de encontrar el camino correcto. El sexo como fuente de vida y lujuriosa tortura a la que nos entregamos a veces por placer, a veces por amor, pero siempre como búsqueda de algo nuevo. Algo parecido ocurre con la religión, donde acudimos para paliar el sufrimiento divino e ineludible que conlleva sobrellevar la vida a pesar de que en ocasiones no lleguemos a entender todo lo que nos sucede. El amor como enlace entre etapas, como única esperanza a la que aferrarnos y sintetizador de emociones, como hierro ardiendo y baño de agua tibia, como guía, como mapa.

Terrence Malick es un artista y ha elegido el cine como expresión de su arte. El arte no es obvio, ni necesita auto-explicarse, pero si es necesario que lo analicemos, para poder desentrañar sus virtudes y defectos, ya que solo así pasará a formar parte de nosotros, lo que para mí es, una de sus finalidades más primitivas e indiscutibles.
Jesus Gonzalez
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