Queen of Blood es una de esas películas de serie Z (peor que serie B) donde los diálogos son insulsos, previsibles, los personajes planos y clichés, las situaciones previsibles, el ritmo irregular, pero que a pesar de ello, tienen algo que captura tu atención.

Imaginación desbordante, estética kitsch, secundarios de lujo (Dennis Hopper!), efectos especiales entrañables (gracias a los films rusos de los cuales se aprovechan las imágenes) y, en el caso que nos ocupa, el personaje intrigante de la extraterrestre vampira. Figura fascinante, bizarra, que es lo mejor del film con diferencia y cuya única presencia ya justifica el visionado y consideración del film como un ejemplo de como en productos de perfil bajo, pueden aparecer las propuestas más libres, desacomplejadas e innovadoras.

Estamos ante un film de serie Z, que no tendría mayor interés, de no ser por propuestas como la extraterrestre vampiro (y sus descendientes en forma de huevos), que hacen crecer el género y exploran las costuras de la ciencia ficción más allá de los terrenos conocidos.