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Voto de sankmanda:
8
7,2
36.499
Drama
Historia de tres mujeres de épocas diferentes que tratan de encontrarle un sentido a la vida. A principios de los años 20, Virginia Woolf, en un elegante barrio de Londres, lucha contra su locura mientras empieza a escribir su primera gran novela: "Mrs. Dalloway". En los años 50, en Los Ángeles, a Laura Brown, una mujer casada y con hijos, la lectura de "Mrs. Dalloway" le resulta tan reveladora que empieza a considerar la posibilidad de ... [+]
1 de noviembre de 2007
62 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera ventaja de la película es que la primera secuencia, magistralmente montada, consigue atraparte de lleno. Es cierto que esa intensidad no la vuelve a conseguir salvo en un par de ocasiones, pero aun así continua en un nivel altísimo por lo que resulta dificil salir de la película. Realmente, lo que no puedes es salir de los personajes. Primero porque los encuadres de Daldry, que muy rara vez sale del plano medio, no te dejan. Esa cercanía contínua te obliga a estar junto a ellas todo el tiempo, y te agobia, haciéndote partícipe de su sufrimiento interior. ¿Cómo consigue que ese agobio no sea excesivo hasta el punto de no poder aguantar la película? Dejándote respirar de vez en cuando con algún plano general (poquísimos de todas formas), e imprimiendo un dinamismo a las escenas sorprendente. En todas las secuencias hay mucho movimiento, ya de cámara ya de personajes, y cambios de plano rápidos.
La segunda razón por la que no puedes salir de los personajes es la magistral interpretación de los actores. Destacan las tres principales, porque están en estado de gracia, y entre ellas, y ya es mi opinión personal, a Julianne Moore en el mejor papel de su vida. Pero no se puede menospreciar a ninguno de los secundarios, en especial a Ed Harris.
El uso de la musica es continuado, pero de una manera sumamente acertada. Primero, la banda sonora es impresionante. Segundo, aunque la usa practicamente todo el tiempo, y eso normalmente me parecería un error que le haría perder el significado, su juego con el volumen de la música en según qué momentos me parece un virguería. Así, hay secuencias enteras en las que la música acompaña a la imagen todo el tiempo, pero en un volumen casi imperceptible, pero lo suficiente como para ayudar a enfatizar la tensión, que las imágenes por si solas ya ofrecen.
La segunda razón por la que no puedes salir de los personajes es la magistral interpretación de los actores. Destacan las tres principales, porque están en estado de gracia, y entre ellas, y ya es mi opinión personal, a Julianne Moore en el mejor papel de su vida. Pero no se puede menospreciar a ninguno de los secundarios, en especial a Ed Harris.
El uso de la musica es continuado, pero de una manera sumamente acertada. Primero, la banda sonora es impresionante. Segundo, aunque la usa practicamente todo el tiempo, y eso normalmente me parecería un error que le haría perder el significado, su juego con el volumen de la música en según qué momentos me parece un virguería. Así, hay secuencias enteras en las que la música acompaña a la imagen todo el tiempo, pero en un volumen casi imperceptible, pero lo suficiente como para ayudar a enfatizar la tensión, que las imágenes por si solas ya ofrecen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A pesar de todo el dramatismo, creo que la película acaba siendo un canto a la vida. Una de las razones es la frase que titula mi crítica, y que dice Nicole Kidman en la pleícula. Es casi lo que hace Daldry. Mostrarnos unas vidas al límite que nos hagan valorar la nuestra. También Julianne Moore, ya al final en la conversación con Meryl Streep (conversación sublime e intensísima), te cuenta también que ella "eligió la vida" al irse. Quedarse hubiese sido la muerte.
La conversación en la estación también es un momento de brutal intensidad. Y el monólogo final de Virginia Woolf, y soy poco dado a disfrutar de discursos finales, le aporta a la película la guinda que necesitaba.
¿Qué le falta? No lo se, quizá ese punto de genialidad difícil de explicar que tienen las obras maestras y que se nota dentro de ti cuando sales de una película. Quizá que esa cierta modernez en el montaje, ese atrevimiento, por esa velocidad (rapídisima para ser un drama) y ese paralelismo tan bien estructurado, vaya bajando al final prefiriendo la corrección (y consiguiéndola, doy fe) que el riesgo, para quedarse en gran película, pero a las puertas de la obra maestra.
La conversación en la estación también es un momento de brutal intensidad. Y el monólogo final de Virginia Woolf, y soy poco dado a disfrutar de discursos finales, le aporta a la película la guinda que necesitaba.
¿Qué le falta? No lo se, quizá ese punto de genialidad difícil de explicar que tienen las obras maestras y que se nota dentro de ti cuando sales de una película. Quizá que esa cierta modernez en el montaje, ese atrevimiento, por esa velocidad (rapídisima para ser un drama) y ese paralelismo tan bien estructurado, vaya bajando al final prefiriendo la corrección (y consiguiéndola, doy fe) que el riesgo, para quedarse en gran película, pero a las puertas de la obra maestra.