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España España · Madrid
Voto de Alacades:
5
Ciencia ficción La película de ciencia-ficción por excelencia de la historia del cine narra los diversos periodos de la historia de la humanidad, no sólo del pasado, sino también del futuro. Hace millones de años, antes de la aparición del "homo sapiens", unos primates descubren un monolito que los conduce a un estadio de inteligencia superior. Millones de años después, otro monolito, enterrado en una luna, despierta el interés de los científicos. Por ... [+]
12 de diciembre de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la clásica película sobre la que se debate buscando el sentido de su argumento; pero yo prefiero ir a Internet y leer la explicación de la novela de origen, explicación que, dicho sea de paso, es casi imposible de acertar y además, aunque se acertase, tampoco gustaría más por ello. Es una historia con un enorme abanico de posibles interpretaciones, pero no gusta más porque se haya dado con la correcta. El visionado de “2001: una odisea del espacio”, nos ofrece unas secuencias de una duración excesiva, incompatible con el nivel de entretenimiento que exigía el público de antes de aquella época; hay secuencias que duran diez o incluso veinte minutos, que solo contienen imágenes abstractas, sin personajes, sin acción y sin diálogo. Pero también hay otro hecho de signo contrario al anterior, que es el gran éxito inicial en taquilla a pesar de las críticas contrarias en su estreno y, en esa misma línea contradictoria, las opiniones actuales abundan en sobresalientes pero también tiene muchos suspensos. En fin, que un éxito apabullante en taquilla y cincuenta años de muy buenas valoraciones son indicios de que algo bueno tiene que haber. ¿Entonces, qué factores han seducido tanto a sus partidarios como para que no les importe tener que soportar su incomprensible trama y sus pesadísimas secuencias?

En principio, quien va al cine y no entiende nada de lo que le cuentan, es un potencial detractor, pero creo que a muchos espectadores de esta película les dio igual el significado de su trama, fundamentalmente, por su poco peso, sus escasos diálogos, y sus papeles deliberadamente insustanciales. Así que cabe perfectamente que, a pesar de no entender nada, el espectador quede deslumbrado por su impresionante estética y salga del cine emitiendo unos juicios muy positivos a pesar de una mala comprensión de su trama. De hecho creo que la estética es la clave; es fundamental para los que están a su favor e, incluso, los que están en su contra la reconocen, en cierta medida, como notable. Para unos, es maravillosa y pone en valor la trama, para otros, no llega a ser suficiente como para compensar una trama ininteligible; pero, en ambos casos, el valor de la película lo basan en su estética. O sea, que la estética es la clave, la trama pesa poco y sólo la fase en la que interviene HAL, el superordenador, se introduce esa idea de inteligencia autónoma, muy interesante, pero que se diluye frustrando el momento de más expectativa argumental. Y en la estética, el aspecto musical es importante; el arranque con el tema de Zaratustra, es excelente porque aquella música de vanguardia del inicio del siglo XX, se inserta perfectamente en un escenario interestelar; en cambio, los valses de Strauss, me parecen absolutamente fuera de contexto; claro que es una música muy agradable, y a base de oírla en la película y en el concierto de fin de año, la gente ha acabado pensando que se adapta bien a la historia, pero yo no comparto esa idea, cada vez que la oigo espero ver aparecer por allí la estética vienesa (Romy Schneider, sus trajes y sus salones de baile), y me disgusta que no aparezca.

Hay también factores externos a la propia cinta, que influyen en su éxito pasado y presente; uno es el oportunismo de Kubrick, al presentar su película en plena carrera espacial (a un año de la llegada del hombre a la luna), y con un formato de superproducción del que nunca antes había disfrutado la ciencia ficción; también coincidió con un marcado cambio generacional (1968), que hizo que los jóvenes la mitificaron y la fijaran como la representación de un futuro nuevo e ilusionante; y también supuso un punto de inflexión en la industria, cuando el cine empezó a tener un tono más introspectivo, cuando se repitió tanto aquel comentario de: “está bien pero es muy lenta”, y empezó a proliferar un cine de una imagen cuidada y perfeccionista, pero sumamente tedioso. Son factores externos, sin relación directa con la película, pero configuraron unas circunstancias favorables, decisivas para su éxito.

Así que con esta película pasa, quizá más que con otras, que para saber cómo va a reaccionar un espectador al verla, habría que saber el tipo de compromiso que cada uno tiene con el cine, si es más artístico, o más lúdico; cuanto más se acerque al arte, mejor será su valoración, cuanto más se acerque al entretenimiento, será peor.
Alacades
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