TODAS TIENEN GANAS DE TIRÁRSELO. Que sí, que nos ha quedado claro desde la primera película. ¿De verdad hacía falta otra?
En fin, el pobre Hache que ha madurado mucho en Londres vuelve a Barcelona (donde no se oye ni pizca de catalán nunca) y reflexiona sobre cómo ha cambiado todo. Pero en el fondo él sigue siendo el mismo y conserva lo importante: conducir sin casco, quitarse la camiseta todo el rato, ir a discotecas a "mirar", conducir en carreras ilegales, llorar a Pollo todo el día, espiar a Babi, y como no, liarse a leches con el malote del gim. Y entonces conoce a una bohemia peleona con carácter, y se la liga con el Porsche de su hermano. Mientras la ex empieza a dar la brasa porque está cachonda y no sabe qué siente por él, así que se van a la playa y luego se ponen a llorar. Me da una pena... Y como no, el súper malvado del barrio que se queda la moto de Pollo...

Si es que si la analizas un poco te das cuenta de que no tiene sentido: entre el lío del padre, el fantasma de Pollo que no para aparecer, y que luego Hache le hunde la moto en el mar porque sí... La hermana golfeando por ahí... Hache y Babi que se ven 5 minutos...
Y cada noche de fiesta como siempre... Además Gin y Babi no se ven nunca... ¿En serio? ¿NO HAY TRÍO?
En fin, más y más escenas de folleteo y de hacer el mongolo con la moto y ni una miserable conversación mínimamente adulta.
No hay reflexión, ni desarrollo de los personajes (el tío sigue siendo un macarra haciendo el indio por Barcelona y punto).
Está bien rodada pero es que el guión es tan malo...