Resulta sorprendente que tras batir records de recaudación con "Muere otro día" los productores de la saga optaran por dar un giro radical, prescindiendo de la fantasía de aquella y de Pierce Brosnan (justo cuando estaba más en su salsa). Lo de atribuir seriedad al personaje me sonaba un poco a marketing, ese mismo cuento ya lo habían vendido en otras entregas, pero, sorpresa, esta vez era verdad.
El fichaje de Craig sólo puedo definirlo como un acierto total: rudo, vulnerable, irónico...es difícil transmitir más sensaciones en un film de acción.A los cinco minutos me olvidé del pobre Brosnan, pese a ser un correcto 007.Pero sin duda lo esencial ha sido la intervención de Paul Haggis (Million dollar baby, Crash) en el guión, con su talento para describir las emociones y relaciones humanas. La relación Bond/Vesper Lynd está conducida de forma magistral:momentos de alta comedia y secuencias de gran dramatismo; todo aderezado con la innegable química entre Craig y Eva Green.

El nuevo Bond es tan fascinante que ni siquiera importa que apenas haya escenas de acción. Ya con Timothy Dalton hubo ciertos intentos de dar un enfoque más adulto y oscuro al personaje, aunque no tan logrados como este Casino Royale. Esperemos un pronto regreso de mr. Bond.