“True Detective” o de cuando los personajes volvieron a ser redondos y sus argumentos aparentemente sencillos y mascados se alzaron y se volvieron complejos y mejorados. Posiblemente sea la mejor miniserie jamás conseguida sólo por el hecho de alargar su historia y de saber planear cómo contar su historia en episodios. A esto le sumamos una historia asfixiante e incluso angustiante por momentos gracias a su planteamiento, desarrollo y atmósfera increíble. Y si ya Matthew McConaughey y Woody Harrelson se convierten en los detectives más humanos y reales desde Brad Pitt y Morgan Freeman en “Seven” poco hay donde quejarse. No todos los episodios son perfectos (la nota más baja es de 9 y alto), pero sí su desarrollo y lo que más preocupaba: su desenlace, uno que no se deja nada por explorar, tanto a nivel físico como mental y psicológico. “True Detective” merece su hueco en la historia de la televisión (y casi del cine) y es una obra maestra dentro de sus términos y sus posibilidades.