El argumento vale para el cuento o relato oficial respecto a Osama Bin Laden, persona sobre la que se ha hablado mucho, no obstante sus imágenes publicadas en la época del atentado 11 S, ya lo demostraban como un sujeto enfermo o terminal, que apenas podía caminar. Todo ello hace pensar certeramente que es todo un montaje político, para justificar lo injustificable, en primera instancia la invasión a Irak, so pretexto almacenamiento de armas de destrucción masiva, que nunca hallaron los yanquis y su coalición, la muerte de Sadam Husseim, un dictador, pero hay otros en el mundo, este personaje de Bin Laden, que si realmente existió trabajaba para USA. En la película se legitima la tortura como medio legal de interrogatorio y la escena final del asalto no convence, pues tras estallidos, etc. no pusieron en alerta a su resistencia. Poco creíble, como también lo fueron las imágenes de H.Clinton que la mostraban con asombro, horror u otra manifestación de histrionismo, para los tontos que vemos a diario la información que quieren dar a conocer, por medios televisivos, orales y escritos, como aquí en Argentina. El film no tiene actuaciones descollantes. A su favor solo buena fotografía, despliegue visual y efectos sonoros. La protagonista nunca podía aspirar a un premio tipo Oscar o analogos.