Infancia perdida, varios fracasos, adulterio por parte de su madre, su único amor, riquezas, grandes alegrías, todo esto y más generan una historia conmovedora orientada a la discapacidad mental. Relatado por el mismo Gump, a todos aquellos afortunados que disfrutaron desde el inicio al fin.

No sé en qué pensaría Gump el niño, pero se convirtió en un hombre que solo podría ser moldeado por el dios del guionista fumador de opio. Creado a partir de la máxima inmundicia mental hasta superar con creces a otros más dotados como a su áter ego, payasos sin escrúpulos mentales y gran parte de la civilización actual.

La utopía mental de Forrest Gump hace que el film sea a nivel sentimental, toda una hermosa balada de amor propia de la bella y la bestia. La locura y el amor son grandes aliados de Forrest, generando una tensión sexual tal, que destrozaría a cualquier hombre de dios.

Desde el punto de vista del que escribe, una buen film para un grupo selectivo de personas que se sientan identificados con ese sueño de libertad absoluta que desea Forrest. Una libertad tan absoluta que se podría abolir hasta la educación o incluso también el dinero.