Superproducción española al estilo de Memorias de Africa o Paciente Inglés, con una exótica ambientación y paisaje del áfrica ecuatorial, pero en la que fallan muchas cosas. La historia que nos cuenta está bastante bien y tiene de todo lo que se le puede pedir a un drama colonial de mediados del siglo XX, pero se alarga demasiado, hasta aburrir. Hay escenas que casi no vienen a cuento y algunas dan grima, como la escenita del capataz ensañándose cuando mata a una serpiente. El principal fallo que le veo, son los actores, sobretodo el principal, Mario Casas, que para suplir su falta carisma y buen hacer de actor, tenemos algunas escenas donde admirar su físico. Adriana Ugarte hace un papel correcto, pero poco más. Otro fallo, es a ver cuando de una vez se arregla el problema de comprensión verbal de los actores, que no se les entiende.