Al fin llega una película moralista que no es aburrida.
Es un filme honesto y muy entretenido. El clásico filme de Óscar.
Su mensaje moralista llega hondo y la verdad es que hasta conmueve. Esta cinta es redonda en todos los sentidos. Un reparto excelente (Dallas Howard está simplemente magnífica), la música adecuada, una fotografía preciosa y una puesta en escena bien lograda y muy llamativa.
Lo único que tal vez tenga en su contra es su excesiva duración, pues por momentos parece que el filme se retrasa a sí mismo.
Pero en general, me sorprendió gratamente y creo que lo hará con todos los ojos que se dignen a posarse sobre esta pequeña joya.