La suerte de Tarantino es que puede expresar sus ideas con total libertad en el cine. Es uno de los pocos directores privilegiados que puede hacer y filmar lo que se le antoje y gustar. Y todo gracias a esa imaginación desbordante que nace de su cinefagia al cine (de género).

Destila el más puro espíritu tarantiniano: acción, humor friki y sangre. Pero la magnificiencia es que no lo hace al azar y las dosis de cada uno de los ingredientes, aunque no lo parezca, están perfectamente medidas.

Diálogos imposibles llenos de referencias y humor, con lo que logra una presentación de personajes mejor que cualquier flash-back o narración al uso. En un plano secuencia los personajes hablan de cosas que, aunque parezcan banales, les definen a la perfección. Y eso no se consigue sino hay una planificación de guión milimétrica previa.

Escenas de acción hiper-realistas, persecuciones de coches a la altura de Frankenheimer y un toque de terror, nos mantienen clavados al asiento.

Tarantino ha sabido también encontrar a una estupenda "troupe de girls" y dirigirlas como si fuera el mismísimo Almodovar, es decir, como el mejor "director de actrices". Más o menos igual con Kurt Russell, que le ha sabido sacar lo mejor.

A destacar también la breve pero genial aparición de Tarantino, el policía de pueblo y su hijo nº 1 (que ya salían en Kill Bill), el politono de Kill Bill, la secuencia de la "especialista Zoe" (que resulta que era la doble de Uma Thurman en Kill Bill), y muchas cosas más que van desde los homenajes, la fotografía, la selección musical y un brutal THE END que es la mejor síntesis de lo que es la naturaleza del film.

No me gustaron los fallos de racord, color o sonido que comete a propósito. Es muy evidente que no fueron un descuido, así que lo veo como una broma un tanto pretenciosa. Ya sé que forman parte del homenaje, pero son poco sutiles. Lo bueno es que abusa lo justo sin llegar a cansar.

"Death Proof" es una película digna de ver, disfrutar y repetir las veces que hagan falta.