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Voto de alvaro rosado arroyal:
9
Drama. Romance Un viejo payaso (Charles Chaplin), después de evitar el suicidio de una joven bailarina (Claire Bloom), no sólo la cuida, sino que, además, se ocupa de enseñarle todo lo que sabe sobre el mundo del teatro para hacerla triunfar. Último y melancólico film americano de Chaplin. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2007
57 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
La noche de fin de año del 2006 al 2007 por pura casualidad encendí la tele y la 2 estaba retransmitiendo esta película en versión original subtitulada. Aunque había visto otras películas de Chaplin, ésta era una de las que me quedaba pendiente por ver.

Paradojas del destino, pienso, porque anímicamente no me encontraba muy bien en ese momento. Y cuando ví esta película, me llenó de ilusión por su mensaje, por el afán de superación personal que transmitía.

Esta película es hermosa, muy hermosa. Chaplin hace gala de su gran ingenio y de sus grandes dotes como orador transmitiendo positividad, y lo hace de forma que resulta contagiable, sin recaer en ningún momento en la pedantería, en la soberbia o en el engreimiento. Gran virtud.

Los diálogos son como parábolas, cargados de fuerza, con comparaciones tomadas de la naturaleza y la vida misma, llenos de razonamientos elocuentes y, sobre todo, de verdad universal.

Un cómico fracasado con tendencia a ahogar su sufrimiento en el alcohol. Una bailarina discapacitada, desposeída cruelmente de su más preciado tesoro: la posibilidad de sustentarse sobre sus propias piernas. Y surge la compasión del uno hacia el otro, recíprocamente. Un sentimiento de compasión que no emana de la lástima, sino de un sentimiento común a ambos, el amor incondicional desprovisto de barreras.

La experiencia y la juventud, la frustración personal y el afán de superación, frente a frente, al desnudo.

No es de extrañar que, tras estrenarse el metraje, Chaplin fuese criticado ferozmente por los sectores sociales más conservadores de su época, llegando a considerarse por los mismos como inmoral.

Pero a Chaplin poco le importaba eso. El cómico interpretaba al cómico, era su obra más autobiográfica.

La película es una gran obra maestra, un regalo envuelto en paño de oro del que ha sido considerado por gran parte de la crítica el artista más universal, pero lo más importante es que procede de una persona sencilla y de buen corazón.
alvaro rosado arroyal
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