Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Nashville:
8
Intriga. Thriller El introvertido Darryl Deever (William Hurt) consigue un empleo de conserje en un bloque de edificios. Muy aficionado al vídeo, tiene por costumbre grabar las noticias de televisión en las que aparece Tony Sokolow (Sigourney Weaver), una bella reportera por la que siente una atracción irresistible. Cuando en el edificio donde trabaja es asesinado un individuo de nacionalidad vietnamita, ella acude a cubrir la noticia, y, para despertar ... [+]
29 de noviembre de 2008
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Daryll Deever (William Hurt) es un ex combatiente del Vietnam que trabaja como conserje en un edificio. Una noche encuentra el cadáver asesinado de un poderoso hombre de negocios de origen vietnamita. La reportera Tony Sokolow (Sigourney Weaver) de la que Daryll está perdidamente enamorado, acude al edificio para cubrir la noticia y Daryll ve entonces una oportunidad para conocerla más allá de la pantalla de televisión. Para lograr la atención de la periodista, le asegura que ha sido testigo del crimen, del que su mejor amigo Aldo (James Woods) es el principal sospechoso. Darryl intenta mantener interesada a la reportera para poder estar con ella, mientras la trama de sospechas se cierne sobre él mismo. El teniente Black (Morgan Freeman) será el encargado de investigar el caso, misteriosamente relacionado con una intrigante trama de contrabando de judíos en la Unión Soviética, en el que Joseph (Christopher Plummer), el propio novio de la reportera, está involucrado.

Pese al aparente embrollo argumental, Peter Yates se desliza con habilidad entre las distintas tramas que, al final, confluyen en una emocionante historia de amor, engaños, asesinatos y peligrosos intereses. Desde el principio se van entrelazando las historias en un ejemplo de destreza en el montaje. William Hurt, a punto de saltar definitivamente a la fama junto a Kathleen Turner en la explosiva ‘Fuego en el Cuerpo’, demuestra su indiscutible talento al frente de personajes entrañablemente excéntricos, con los que conmueve, convence y embelesa al espectador inteligente. Sobre él recae todo el peso de la cinta, si bien le secunda con igual solvencia el resto del reparto.

Sigourney Weaver, siempre impactante, se muestra aquí mucho más delicada que en otros trabajos (aunque quizá ésta no sea la película más plausible de todas cuantas ha protagonizado). James Woods convence en el papel de un patético cobarde “con un montón de problemas”, como convence la formidable ambigüedad de Christopher Plummer. Por último, merece la pena destacar la insípida participación de Morgan Freeman, que parece más bien una pieza comodín para este complejo puzzle pero, aunque no es más que un desaborido agente sentado en un coche patrulla, resulta simpático después de todo. Para el título de la cinta estuvieron barajando “El portero que no sabía bailar”, ya que en una ocasión Daryll le confiesa a Tony que sabe hacer de todo “menos bailar”. Sea como fuere, se trata de un filme sorprendente que, visto más de dos décadas después, no desmerece un ápice.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nashville
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow