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Voto de Sergio Berbel:
5
Drama. Thriller Alice y Céline son dos amigas que tienen una relación especial. Viven con sus familias en los suburbios bruselenses de los 60, en dos idénticas casas adosadas de clase media. Han transmitido su vínculo a sus hijos de ocho años, Théo y Maxime, que han crecido juntos y son como hermanos. Sus maridos también comparten una complicidad similar, y las dos familias prácticamente viven como si fueran una sola. Pero un día, llega la tragedia ... [+]
9 de marzo de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estamos ante una mala película, pero no contiene ni un solo átomo de originalidad, todo lo que ofrece estaba ya rodado antes y mejor. Me interesa su primera parte en su formato de melodrama ambientado en los años 60 bebiendo del cine del maestro Todd Haynes; torna a thriller fotocopiado de Alfred Hitchcock en su segunda mitad, logrando que me desconecte más de lo necesario y que mire la hora más veces de lo previsto; remonta un poco en su escena final, que al menos no es la típica y tópica.

El cineasta belga Olivier Masset-Depasse no aporta ni un único plano original de su propia cosecha. Tira de la ambientación sesentera esteticista propia de Douglas Sirk o el citado Todd Haynes para contarnos el intenso drama de dos familias de clase media-alta que viven en sendas casas unifamiliares pareadas y que han hecho una profunda amistad entre ellas. Ambas tienen un hijo cada una, todo parece perfecto y equilibrado, hasta que el hijo de uno de los matrimonios muere en un terrible accidente y la madre culpa a su vecina y amiga de no haber tenido suficiente cuidado con él. A partir de ahí, el melodrama (interesante) acaba enterrado entre un thriller (previsible) que camina por senderos mil veces vistos produciendo bostezos con alma de telefilm.

El único interés de la cinta estriba en el duelo interpretativo de sus dos actrices protagonistas: Anne Coesens y, sobre todo, la gran Veerle Baetens (inolvidable protagonista de esa obra maestra del cine belga titulada “Alabama Monroe”). Sólo ellas se salvan de un guión manido y que sigue todos los estereotipos y fórmulas propias del género, lo mismo que ocurre con la igualmente previsible partitura musical, que suena constantemente hasta la extenuación y acaba empachando por su ansias de parecer hitchcockniana.

Sí resulta espléndida, es la gran apuesta de la cinta, la exquisita y espectacular dirección de fotografía de Hichame Alaouié para un afectado ejercicio de estilo un tanto vacío y sin originalidad alguna que defrauda más que interesa.
Sergio Berbel
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