Dista muchísimo de ser una obra maestra, pero ello no resta un ápice de mérito a Ana Mariscal que, en 1963 y con escasísimos medios económicos, adaptó la novela “El camino” de Miguel Delibes de una forma muy digna. A pesar de caer en algunos tópicos, este relato iniciático del gran Delibes es tratado con respeto, veneración y sabiduría por parte de Ana Mariscal.

Con una interesante partitura original basada en la percusión de Gerardo Gombau y una excelente dirección de fotografía en blanco y negro de Valentín Javier, Ana Mariscal adapta el texto literario gracias a un acierto de casting infantil importante, porque es en el elenco actoral donde más y mejor triunfa la cinta. Todos los niños están espléndidos, pero destaca sobremanera Maribel Martín, con posterioridad magnífica actriz, interpretando con apenas 6 años a Uca Uca de forma notoria.

Se nos narra la historia de Daniel “El mochuelo”, que va a abandonar el pequeño pueblo en el que ha vivido toda su vida por la obsesión de su padre de que vaya a estudiar a la capital para que sea en la vida algo más que un humilde quesero como él. En las últimas semanas de verano en las que va a vivir allí, van a ocurrir muchas cosas que van a marcar su vida para siempre.

Unas vidas que se desarrollan en la estrecha angostura de una sociedad beata, de inflexible moral conservadora, obsesionada con evitar todo lo que tenga que ver con el sexo, donde la libertad, donde todo es observado y criticado. De todas formas, la cinta pasa muy de puntillas (quizás demasiado y ese sea su pero más grave) por esa realidad social para ser mucho más intimista y prosaica en sus objetivos narrativos, más centrados en relatar una infancia de pueblo que en las condiciones socioeconómicas de sus habitantes.